Saltaron las alarmas cuando Isaac Makwala, uno de los grandes favoritos para conquistar el oro en la prueba de 200 metros en los Mundiales de Atletismo de Londres, se ausentó de la jornada del lunes por un virus estomacal. Tras superar la fiebre y los vómitos, 24 horas después, trató de correr la final de los 400 metros, donde contaba con la cuarta mejor marca del año. No le dejaron.
La organización no se lo permitió y el de Botsuana salió destrozado. «Tengo el corazón roto. No estoy enfermo y no he sido revisado por ningún doctor», publicó en su cuenta de Facebook.
Pero la gente no le dejó solo. Bajo el hashtag #FreeMakwala, el movimiento que se creó para apoyar al atleta africano se viralizó hasta el punto de que la organización decidió dejarle correr en la serie que se había perdido en los 200 metros. La correría sin atletas a sus lados, con la pista vacía aunque las gradas repletas (55.000 personas). Logró un tiempo de 20:20, suficiente para disputar la semifinal tres horas después.
Allí, en una calle 1 encharcada y con todo lo que supone haber corrido dos veces en una tarde, Makwala acabó segundo, mejoró su tiempo anterior (20:14) y ya se ha citado para la final de este jueves en un duelo que promete frente al sudafricano Wayde Van Niekerk.