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Inglaterra confirma su fracaso

Para que luego digan que la historia no se repite. Hungría, que hace muchísimos años humilló a Inglaterra en Wembley, volvió ayer a revivir el espíritu de Hidegkuti, Puskas y compañía. Parecía que no iba a volver a ocurrir, pero ahí está: los húngaros tomaron el Molineux Stadium y vencieron 0-4 ante un público local que no daba crédito. ¿Cómo puede ser? Hay distintas razones.

La primera es que el combinado nacional salió con bajas. Los futbolistas han jugado un sinfín de encuentros hasta la extenuación por culpa de la maquinaria en la que se ha convertido el fútbol. Si interesa que se juegue un partido se jugarán cinco. Así es el deporte: capitalismo puro y duro. El resumen de este torneo inane, que interesa poco, deja un parón de selecciones con los futbolistas agotados y pensando en las vacaciones en Mykonos. Varios actores principales han expresado su malestar, pero imagino que muchos de los que se llevan el dinero a los bolsillos mirarán hacia otro lado silbando. Una lástima.

Pese a todas las críticas que deben recibir los que visten de traje y corbata también hay gente que tiene que cargar con la responsabilidad de este batacazo histórico. Que la Nations League no enganche es una realidad, pero los ingleses tienen que empezar a reflexionar. Gareth Southgate, que llevó a su selección a la final de la Eurocopa en hace unos meses, fue tremendamente pitado al acabar el envite de ayer. Probablemente, en el último gran torneo que disputó se vio beneficiado por jugar casi todos los partidos en Wembley. Su estilo, defensivo y muy miedoso, recordando a su manera de jugar cuando se vestía de corto, contrasta con una generación que tiene un gran nivel. Está un pelín sobrevalorada en términos de mercado, es cierto, pero son muy buenos.

Además, algunos detalles de las convocatorias son extraños. El hecho de no convocar a un lateral izquierdo ha hecho enfurecer al público un poco más. Reece James tuvo que ponerse en ese perfil ayer. Entiendo las críticas al actual seleccionador, pero no veo un recambio claro. Mi elección, sin ninguna duda, sería Graham Potter. El técnico del Brighton es uno de los entrenadores más prometedores de Europa: su variedad táctica es infinita. El problema radica en que necesitaría tiempo a que sus ideas cuajaran, pero es un perfil muy interesante para una selección que siempre promete, pero no cumple las expectativas.

Imagen de cabecera: Getty Images

Martorell (Barcelona), 1996. Periodista freelance. Amante del fútbol y loco por la Premier League. En mis ratos libres intento practicarlo.

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