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Illarramendi, hábitat natural

Existe
gran diversidad de futbolistas. La idiosincrasia de cada cual marca
las facetas que destacan en su juego, la posición en la que se
pueden desempeñar, los valores que pueden añadir al conjunto,
aquellos parámetros que dominan y el rol que ocupan.

Los
aspectos intangibles, los invisibles
, poseen una importancia que
pese a que asemeje relatividad en ocasiones pueden diferenciar el
valor de un jugador y lo que puede aportar. Entre ellos, se encuentra
la personalidad y extrapolándola podríamos concluir que el hábitat
en el que dicha personalidad se instale resulta fundamental. Existen
multitud de casos que lo demuestran, aunque el de Asier
Illarramendi se ha convertido en ejemplo inequívoco
.

Un
futbolista que destacó en su formación, alcanzando rendimientos
excelentes en las categorías inferiores de la selección, de la Real
Sociedad y finalmente en el primer equipo, hizo las maletas hacia
la galaxia madridista
aparentando poseer todas las cualidades
para triunfar en el club merengue. El resultado se alejó de las
expectativas, Asier pareció minimizar sus facultades vestido
de blanco hasta el punto de terminar abocado al regreso a Zubieta.

Aparentaba
la progresión de Illarra estancamiento
. Un futbolista que había
demostrado cualidades extraordinarias como timón de mando, quedó
reducido al mínimo exponente cuando la exigencia fue máxima y los
focos de una iluminación extrema. La incertidumbre se instaló sobre
su rendimiento en una nueva etapa txuri-urdin. Sin embargo, dichas
dudas las ha terminado disipando el futbolista, que ha demostrado no
haber olvidado todo aquello que llamó la atención de los grandes
clubes y le llevó al escenario más exigente. Porque Illarramendi
vuelve a ser aquel futbolista que domina los encuentros
,
convertido en apoyo permanente de sus compañeros, encontrando
siempre el pase adecuado, asociándose de manera natural y tornándose
en fundamental para el juego de la Real Sociedad de Eusebio.
Aportando fundamentos tácticos en el aspecto defensivo y sumando
ofensivamente a través de la llegada desde segunda línea y un
excelente golpeo a balón parado, además de erigirse en el motor
que mueve el desarrollo del juego
.

Y
es que Illarramendi es de aquellos futbolistas que necesitan sentirse
seguros e importantes dentro del grupo. Es entonces, cuando
encuentran su hábitat natural, cuando futbolistas como Asier brillan
por encima de los demás
y se transforman. Por ello, en la
actualidad, vuelve a ser ese jugador imprescindible que todo
entrenador desearía en su equipo. Pero su hábitat está en San
Sebastian y, probablemente, sea el único en el que consiga mostrar
su máximo nivel. Porque en la Real, Illarramendi se encuentra en
su hábitat natural
.

Vocación de periodista. Pasión por el fútbol, especialmente Segunda División Española. Escribo en @SpheraSports.

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