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De Iker a Keylor: el Bernabéu vuelve a desconfiar del portero

Hacía casi dos años que la hinchada del Real Madrid no manifestaba inequívocamente su desconfianza hacia el arquero de su equipo, pero eso es lo que sucedió en la última jornada liguera con Keylor Navas para revivir una historia ya conocida. Fue el 23 de mayo de 2015 cuando Iker Casillas jugó su último partido con el Real Madrid y puso fin a una larga controversia que provocó una inconcebible fractura entre la propia afición blanca. Entonces, una auténtica leyenda en vida del club era silbado casi en cada partido por su propia afición. Y la historia se repite ahora.

Navas vivió ante el Betis la que sin duda fue su noche más difícil con el Real Madrid. Por primera vez desde que está en la capital de España, hace ya tres temporadas, fue abucheado por su propia hinchada. La misma que no hace mucho lo aclamaba y que, sin ir más lejos, le ovacionó en el tiempo de descuento del mismo partido jugado ante el cuadro sevillano tras una intervención salvadora.

Parecía un conflicto ya olvidado, pero el debate sobre el arco del Real Madrid se reavivó en las últimas fechas hasta llegar al encuentro ante el Betis, que encontró a un Navas visiblemente tenso. Así, pudo ser expulsado a los 22 minutos por una mala salida en la que acabó derribando a Darko Brasanac. Tres minutos después llegaría su terrible error tras un remate blando de Sanabria. El arquero costarricense detuvo el balón, pero éste se le escurrió entre los guantes y no se sabe cómo acabó traspasando la línea. Gol del Betis y silbidos en el estadio Santiago Bernabéu.

El capitán del Real Madrid, Sergio Ramos, fue el primer jugador en intentar animarlo. Luego llegaron otros. Pero el portero tico no encontraba demasiado consuelo. Miraba al suelo, luego al cielo. Después pedía perdón a un sector de la grada. Sin embargo, no pudo evitar escuchar a partir de esos momentos murmullos y también abucheos. Lo cierto es que está siendo una temporada muy difícil para el costarricense, quien regresó al equipo ya iniciada la campaña tras ser operado de una tendinopatía. Desde entonces todavía no alcanzó la forma de la pasada temporada, en la que fue aclamado como uno de los mejores del equipo.

Durante el último mes se alimentó la posibilidad de que fuera al banquillo por sus deficientes actuaciones. Por ejemplo, erró en el partido de ida de los octavos de Champions League ante el Napoli. También en el encuentro ante Las Palmas. Todas sus dudas se trasladaron a los hinchas del Real Madrid. Ya entonces se hablaba de un presunto interés de sus dirigentes por contratar a un arquero de primerísimo nivel para la próxima temporada. Incluso aparecieron los nombres de Thibaut Courtois o David de Gea, viejo objeto de deseo del club blanco.

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Pero el fútbol siempre ofrece opciones de redención, y a velocidad de vértigo. En el propio partido ante el Betis, y ya en el descuento, Navas voló hacia su palo izquierdo para sacar milagrosamente un remate de Sanabria que pudo haber significado el empate del equipo verdiblanco. Todos sus compañeros fueron a felicitarlo y Nacho pareció recriminar a la hinchada blanca sus silbidos anteriores hacia el arquero costarricense. «Es un porterazo», afirmó el centrocampista croata Luka Modric. «Es buenísimo, la parada del final lo resume», dijo Adán, su colega del Betis. «Nos ha salvado al final», aseguró Zinedine Zidane.

Pero algo ha cambiado en la relación de la hinchada del Real Madrid con Navas y es difícil precisar cuáles serán las consecuencias. Al final del encuentro ante el Betis, Ramos se dirigió a él para felicitarlo y le dijo: «¿Nervioso o qué?». El costarricense sólo pudo abrazar a su capitán y cerrar los ojos con fuerza.

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