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Idilio en Monterrey

Garbiñe Muguruza está de vuelta. El tenis de la española vuelve a
brillar y, con él, un nuevo título vuelve a relucir en su estantería de
trofeos. Después de todo un año de sequía de títulos, con resultados que no
fueron los esperados para una flamante y reciente número uno del mundo que
venía de ganar Roland Garros en 2016 y Wimbledon en 2017, la española vuelve a
la senda de la victoria. El torneo de Monterrey, el cual se convirtió en su
único título en un 2018 para olvidar, le devuelve la sonrisa (un año después) a
una Garbiñe Muguruza que asegura haber recuperado su mejor nivel tras una final
que terminó con la retirada de la bielorrusa Victoria Azarenka (6-1, 3-1).

Actual número diecinueve del mundo, la ganadora de dos Grand Slam
retoma el camino que le llevó a reinar en la WTA. Un gran nivel de juego
mostrado en este torneo de Monterrey que recuerda a aquellos partidos sobre la
arcilla de Roland Garros que le permitieron hacerse con el primer grande de su
carrera. Desafortunadamente, como aficionados al deporte solemos tener memoria
a corto plazo y lo que más se tiene en cuenta de Muguruza en estos últimos
tiempos son sus derrotas a lo largo de un terrible 2018 en lugar de acentuar
que esta tenista, a la que criticamos por un año de vacío, fue capaz de hacerse
con dos títulos de Grand Slam y con el número uno del mundo.

Así es este frenético mundo del deporte. Hoy eres la reina, mañana
no tienes nada. Hoy eres invencible, mañana cualquier joven promesa te pasa por
encima. Y esta es la dinámica que ha acompañado a Garbiñe Muguruza desde que
despuntara allá por 2013/2014. Una carrera, la cual comenzó allá por 2011,
plagada de subidas y bajadas. Una montaña rusa de emociones y de resultados. De
lograr un hito en su carrera, Wimbledon 2017 unido al ansiado número uno del
mundo, a conectar derrota tras derrota en un año de total sequía. Un año que le
ha llevado a situarse en el puesto número 19 del ranking WTA y que, obviamente,
le aleja del prestigioso torneo de maestras de final de año, el cual reúne a
las ocho mejores raquetas del mundo.

Así pues, la española mantiene el reinado en México, se hace con
el séptimo título de su carrera y cierra el círculo después de una dura
temporada. 2019 se presenta, a razón de los propios comentarios de la jugadora
tras el torneo, como una nueva oportunidad para volver a tener buenas
sensaciones sobre una pista de tenis. De esta manera, Garbiñe Muguruza afronta
el nuevo año con energías renovadas y desde un ángulo diferente. No con la
presión de la número uno que, por obligación tiene que ganar, sino como (de
nuevo) la aspirante a número uno que, poco a poco, escala posiciones en la
tabla mientras cosecha títulos de menor o mayor envergadura.

Tras este trofeo, el primero de este 2019, Muguruza coge aliento
de cara a los próximos grandes torneos de la temporada, aquellos que le
permitieron ser un total y absoluto referente del tenis femenino allá por 2016
y 2017 y que, cómo no y con permiso de Serena Williams, hicieron que se
convirtiera en el foco de todas las miradas. El mundo del tenis se rendía a sus
pies y presagiaba un gran futuro para la española que, quizás, se vio
sobrepasada por el revuelo que se generó en torno a ella. Ahora, cuando las
aguas están en calma y el foco está puesto en otras jugadoras, volvemos a ver a
la mejor Muguruza. Aquella que resurge de sus cenizas y que ha logrado marca un
punto de inflexión en su carrera tras esta gran victoria en Monterrey.

Periodista deportivo. También estudié Comunicación Audiovisual. Actualmente colaboro en @SpheraSports. Antes estuve en @ColpisaDeportes, Grada360 y @EFEdeportes.

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