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Hungría sueña en grande

La selección húngara está de enhorabuena. No, no es la de Puskas, Kocsis o Czibor, ni siquiera un palmo de la calidad que atesoraban sus antecesores, pero llegaron a la Eurocopa como un ‘tapado’ sin apenas posibilidades y ya están virtualmente en octavos de final. Una cosa es segura: creen en sí mismos.

 

El cuadro de Storck tiene un estilo claro. Quizá ante Portugal salga más replegado e intente hacer daño a la contra, pero ante rivales como Austria o Islandia, Hungría se atreve a dominar, a controlar el juego, a llevar la batuta del partido. Llevó el peso de una primera parte que acabó de la peor forma con una jugada inexplicable.

Falló Kiraly, sí. Pero también el árbitro, Sergey Karasev, que señaló un dudoso penalti después de que el meta de los pantalones largos dejara escapar el balón entre sus guantes. Apenas hubo contacto, pero el daño estaba hecho. A cinco minutos del descanso, Islandia ganaba 1-0 con gol de su estrella, Gylfi Sigurdsson.

 

Tras empatar con Portugal, este gol acercaba el título de selección revelación del torneo al tiempo que Hungría trataba de arrebatárselo. La falta de ideas se compensaba con disparos de sus hombres más inspirados, Kleinheisler y Dzsudzsak, pero el tanto del empate llegaba de la forma más accidental posible. Centro de Nikolic desde la derecha y remate en propia puerta de un desafortunado Saevarsson. Hungría, con cuatro puntos en su haber, marcha hacia octavos, soñando en grande.

PUNTUACIONES

XI Islandia: Halldórsson (6); Saevarsson (4), Ragnar Sigurdsson (5) , Árnason (5), Skúlason (6); Gunnarsson (5)(Hallfredsson (5)), Gulfi Sigurdsson (6), Gudmundsson (5), Bjarnason (6); Sigthórsson (7) (Gudjohnsen (S.C)), Bödvarsson (5) (Finnbogason (5)) .
XI Hungría: Kiraly (4); Guzmics (6), Lang (6), Juhász (5) (Szalai (S.C)), Kádár (4); Nagy (7), Stieber (5) (Nikolic (6)); Kleinheisler (7), Dzsudzsak (7), Gera (6); y Priskin (6) (Bode (5))

 

Alicante, 1991. Mi madre siempre me decía: "No sé por qué lloras por el fútbol, sino te da de comer". Desde entonces lucho por ser periodista deportivo, para vivir de mis pasiones (y llevarle un poco la contraria).

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