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Tokyo 2020

Honduras, la revelación de los Juegos Olímpicos

A Jorge Luis Pinto se le da bien el país de la samba y el carnaval. Tras llevar hace dos años a cuartos de final de un Mundial a la humilde selección de Costa Rica, en el mismo país ha vuelto a sorprender a todos brindando a Honduras la posibilidad la colgarse la primera medalla de estos Juegos Olímpicos con la selección de fútbol sub-23. Ya están en semifinales, por lo que, como mínimo, tendrán opciones de conseguir el bronce.

Y Brasil, el anfitrión, será su rival en la semifinal. El ambiente que crea cada estadio cada vez que juega la ‘canarinha’ sin duda es un aliciente para creer que Brasil parte con algo de ventaja desde el pitido inicial, pero no nos confundamos, al fútbol se juega con la pelota y hasta ahora es Honduras la que mejor ha sabido hacerlo.

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Con el guardameta Luis ‘Buba’ López como estrella de los cuartos de final ante Corea del Sur y con el centrocampista Elis y el delantero Lozano como ‘catrachos’ más destacados del torneo hasta el momento, los hondureños sueñan con besar la medalla de oro por primera vez en su historia.

Tras esta hazaña, que aún puede convertirse en histórica no solo para los hondureños sino para la historia de los Juegos Olímpicos, está el hombre que tomó las riendas de la selección en diciembre de 2014 y desde entonces ‘la Bicolor’ no ha hecho otra cosa que mejorar en todas las facetas del juego. Él es Jorge Luis Pinto, un entrenador colombiano que ha entrenado a 11 clubes de 5 países diferentes y a 3 selecciones nacionales, un largo recorrido en el que ha conseguido 9 títulos (7 con clubes y 2 con selecciones), además de ser considerado el quinto mejor entrenador del mundo en el año 2014. Un bagaje exitoso que agranda las esperanzas de Honduras en estos Juegos.

La afición hondureña ya celebró el pase a semifinales como algo histórico (lo más lejos que llegó la selección en unos Juegos fue a cuartos en Londres 2012), pero sueña con dar un paso más y colocarse en una final olímpica.

Sevilla, 1996. Periodismo deportivo como vocación. Amante del fútbol matutino y de los entrenadores arriesgados.

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