Síguenos de cerca

Otros

Historias del ayer, leyendas del mañana: FC Moscow

Hace aproximadamente 20 años, en Moscow, el Torpedo era vendido y, tras esto, se creaba en 1997 el FC Moscow, un equipo histórico y recordado por todos los fans debido a la forma de en la que apareció y desapareció, emulando una ráfaga de aire futbolístico que derivó en una leyenda para contar a los niños más pequeños.

No todo el mundo tuvo la suerte de ver al club de los ciudadanos, un conjunto que empezó llamándose el Torpedo-ZIL hasta 2003, donde ya se había afianzado en la antigua Russian Premier League, todavía con el calendario de primavera-invierno. Aunque apenas tardaron cuatro temporadas en pasar de la cuarta división a la máxima categoría del fútbol ruso, asentarse en primera fue más complicado de lo que en un momento se podrían imaginar. Durante la 03-04, pasó a llamarse el Torpedo Metallurg tras la división del ZIL en dos clubes, el que se quedaba en primera con la financiación de Norislk Nickel (una empresa minera), y el que renacía en tercera con el nombre de FC Torpedo-RG (que posteriormente se convertiría en el Torpedo ZIL de nuevo, disuelto en 2011). Fue en 2004 cuando pasó a llamarse FC Moscow.

Nombres del club en su historia

  • Torpedo-ZIL (1997-2003)
  • Torpedo-Metallurg (2003-2004)
  • FC Moscú (2004-2010)


Denominación lista, y afición preparada, el FC Moscow soñaba con conquistar una liga que, por desgracia, siempre se le resistió. El dinero no era el gran fuerte de un equipo que tampoco terminaba de contar con una gran masa social en el siempre complicado territorio moscovita, donde CSKA, Spartak y Lokomotiv dominan. No obstante, la dirección deportiva trabajó notablemente y consiguió convencer a algunos jugadores de renombre mundial, hasta llegar al techo en 2007, con un tal Leonid Slutsky que apenas rondaba los 35 años, en el banquillo.

Con Roman Adamov como máximo goleador, y Maxi López, recién llegado del Barcelona, como el talento internacional, el FC Moscow se plantó en la final de la copa de Rusia. Pero estas no eran las únicas estrellas de aquel mítico equipo, Piotr Bystrov, Sergey Semak o Tomas Cizek conformaban un once de buen nivel. Por desgracia para el equipo del pueblo, el Lokomotiv se impuso por un gol a cero, finalizando con el in crescendo de un prometedor club que no se esperaba lo que le sucedería en el futuro.

En un equipo donde tiempo atrás habían jugado leyendas como Aleksey Berezutski, Vasili Berezutski o Roman Shirokov, además de Aleksandr Samedov, o jugadores de un perfil más bajo pero también conocidos como Kirill Nabankin (CSKA), Aleksandr Ryazantsev (Zenit), Aleksey Rebko (Ararat Moscow), o Martin Jakubko (retirado).

Dos años después de esta gesta, tras resultados mediocres y una breve participación en la antigua copa de la UEFA, el FC Moscow notificó a los fans que descendían por falta de presupuesto a la cuarta división. Irónicamente, la inversión de un accionista individual provocó la creación del FC Moscow, la falta de este capital significó la desaparición del mismo. Tras una temporada en la cuarta división el equipo fue disuelto, las puertas cerradas y las botas colgadas. El pueblo ruso sufrió un shock que provocó la irascibilidad ante las inversiones de grandes mandatarios y hombres de negocios. Lo cual no impediría que otros clubes corriesen o estuvieran cerca de correr la suerte del FC Moscow. Desaparecer del planeta no es plato de buen gusto, y aunque todos sabemos que el dinero manda en el fútbol, no siempre los magnates son la solución al problema. Que se lo pregunten al Anzhi Makhachkhala, Málaga, Valencia, Porstmouth… y tantos otros.

La pelota seguirá rodando, las banderas seguirán ondeando al viento y los aficionados acudiendo al estadio. Todo seguirá igual, salvo los corazones de todo aquel que un día perteneció o se sintió parte del FC Moscow. Un club que quiso hacer historia, y se convirtió en leyenda.

 

Fútbol ruso preferentemente. Nos leemos por @SilveiraAbarca

Comparte la notícia

No te lo pierdas

Más sobre Otros