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Valencia

Hay que conseguirlo por ellos

La afición del Valencia no deja de emocionarme. Estremece, enternece y conmueve. Te hace necesitar pañuelo en cada movimiento masivo. Da igual que sea una final de Copa del Rey, un partido clave para asentarse en el ático de la Liga, una final de Champions o un encuentro ante el colista estando en puestos de descenso. Ahí están. No fallan. Millares. Dejándose la vida empujando al escudo y recorriendo kilómetros sin importar nada más que su Valencia. Como dijo Rubén Baraja, son los únicos que siempre están a la altura y, francamente, están dando una exhibición.

Con el equipo herido de muerte -todavía en la Unidad de Cuidados Intensivos- y resquebrajado a nivel institucional, han sacado el pecho. Lo han inflado en señal de protección. Quieren bunkerizar bajo su manto a una plantilla repleta de juventud y dudas poco acostumbrada a andar por el filo de la navaja. Su máximo objetivo es pertrechar y aislar del ruido de un posible descenso a unos futbolistas que, en muchos momentos, viven con el estado anímico por los suelos. Como si todo lo que intentaran en el campo les acabara saliendo cruz. Como si fueran un imán de todas las desgracias posibles.

Muchas veces criticada desde fuera por la exigencia y otras por la ignorancia supina, la afición valencianista, pisoteada desde hace casi una década por la inutilidad y negligencia de Meriton, pasa de clichés y estereotipos absurdos. Su visión es nítida. Sin dioptrías. Conocen la senda y la recorren dejándose la garganta. Desgañitándose. Saben que la luz se ve al final del túnel y solo apretando sus manos lo pueden alcanzar. Han llenado Mestalla desde el principio de temporada y, desde que se necesitan barreños para sacar el agua que inunda la casa, se han movilizado sin importar el destino. El dónde no es ahora una interrogación relevante. Acabaron con las entradas para viajar a Almería, Elche y ahora Cádiz. El ejercicio de amor más puro se demuestra cuando todo sale torcido. Cuando uno necesita hombros donde apoyar la cabeza para descargar las penas. Cuando uno solo ve tenebrosidad y tinieblas.. Y lo que está haciendo estas semanas es para recordarlo por los siglos de los siglos. Sea cual sea el desenlace en lo deportivo.

Nadie tiene una bola de cristal para predecir y aventurar qué acabará pasando pero, de lo que no hay duda, es que la afición del Valencia ha sobrepasado expectativas. Está demostrando que, a pesar de los señalamientos a distancia, su ‘sentiment’ no se negocia. Es su mejor activo. Diría que casi el único. Resiliencia y militancia a prueba de bombas. Deseo con todo el corazón que todo lo que están haciendo pueda tener su recompensa. Si alguien merece ese premio es una afición acostumbrada históricamente a cotas más suntuosas y que ahora padece una doble hendidura. Una desde Singapur con una desidia propia de un enfermo y, en consecuencia, otra en el verde con las aprensiones y alarmas que despierta un viaje al infierno.

Valencia, ¡háganlo por ellos!



Foto cabecera: Valencia Club de Fútbol

Oliva • Ontinyent • Valencia. Periodista | Me lees en @Spherasports | Me escuchas en @matadorvalencia | Actualidad del deporte | Examino al @valenciacf | Ex Comarcal TV | Adoro la radio

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