Por fin, este año el Giro d’Italia aúna a su casi siempre espectacular recorrido una participación acorde con dos de los grandes ciclistas que dominan esta época. El campeón del mundo Remco Evenepoel y el tricampeón de la Vuelta Primoz Roglic protagonizarán la lucha por el Trofeo senza fine.
La estructura de las etapas es la habitual en la Corsa Rosa, con el añadido de recuperar algo de lustre para las contrarreloj llanas, con 20km el primer día en la Costa dei Trabocchi y 35km al final de la semana inicial en Cesena. Los ascensos al Gran Sasso d’Italia en los Apeninos y Crans Montana en Suiza serán el aperitivo al típico final explosivo del Giro. Serán las etapas de Monte Bondone, Val di Zoldo y las dos jornadas donde podría decidirse todo: el día de las Tre Cime di Lavaredo previo paso por Giau y la demencial cronoescalada al Monte Lussari.
Aunque Primoz Roglic se llevó el duelo directo en la Volta a Catalunya, probablemente Remco Evenepoel parta como favorito por su fortaleza. No obstante, la igualdad debería reinar en los primeros días, con el belga obteniendo ligeras ventajas en la contrarreloj que pueden ser compensadas por el esloveno mediante bonificaciones en etapas de media y alta montaña. Difícil pronosticar quién llegará más fuerte al postre alpino, donde será clave no solo la capacidad de ataque, sino también la resistencia al sufrimiento en caso de quedar descolgados. Y por supuesto, la traca final en la cronoescalada.
Más allá de ambos es difícil ver a alguno de los segundos espadas aupándose al nivel de Remco y Primoz. Ineos es el combinado más fuerte, con Tao Geoghegan Hart en plena forma y la solidez habitual en todos los terrenos de Geraint Thomas, acompañados de Sivakov, Arensman o Ganna. En la lucha por el podio debería verse a Aleksandr Vlasov, que no termina de ofrecer su mejor versión en grandes vueltas, el incansable Joao Almeida o el regular Jack Haig.
Que dé inicio el gran duelo por el rosa.
