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Fórmula 1

GP Gran Bretaña: Williams no quiere ganar

El equipo Williams parece atrapado en su particular día de la marmota como Bill Murray en la famosa película de los 90. En Silverstone lograron poner en jaque a Ferrari, con un aumento de prestación sorprendente que le situó por delante de los italianos en rendimiento, y a Mercedes, con una salida brillante que situó a los dos coches de Grove en las dos primeras posiciones. En una carrera planteada a una única parada parecía Williams tenía todo en su mano para, al menos, hacer sufrir a Mercedes, pero una vez más la estrategia brilló por su ausencia en el muro de boxes. Nadie dio la orden de permitir al piloto más rápido, Valtteri Bottas, ocupar la cabeza de la carrera, provocando que Massa formase un trenecito del que salió beneficiado Lewis Hamilton. El británico pilló con el calzón bajado a un equipo Williams especialmente dormido, Mercedes había amagado solo unas vueltas antes, y además reincidente, ya que en Austria 2014 perdieron una carrera similar por la misma razón. De este modo, Lewis Hamilton aprovechó el harakiri de los rivales para ganar de nuevo en casa y mandar a 17 puntos de distancia a Nico Rosberg, que hoy pareció crecerse cuando arreciaba la lluvia pero al final tuvo que ser segundo, y gracias.

 

 

El despropósito de Williams no se quedó ahí, sino que cuando las cosas no parecía que podía ir a peor se las apañaron para servir en bandeja la tercera posición del podio a un Sebastian Vettel especialmente desdibujado este fin de semana, pero que ha aprovechado las torpezas estratégicas de Williams y Raikkonen para sumar un nuevo podio en este campeonato. El alemán saca buenos resultados hasta en sus peores días, y a Kimi le cuesta hasta cuando es superior. Y es ahí donde radica la diferencia entre un gran campeón y un piloto con talento. Por detrás han estado especialmente guerreros Kvyat y Hulkenberg, sexto y séptimo respectivamente, y peleando con los Ferrari toda la carrera hasta que llegó la lluvia. Seguramente junto a Hamilton han sido los héroes de la carrera.

Aunque la gran noticia de la carrera ha sido el estreno del casillero de Fernando Alonso. Cuando peor pintaban las cosas, el asturiano ha conseguido ser uno de los pocos coches que ha cruzado la meta, y al hacerlo en la décima posición ha conseguido así el primer punto de su andadura en McLaren-Honda. Un resultado engañoso por los pocos coches que han terminado y por el pobre rendimiento que ha demostrado el monoplaza británico, que ni siquiera pudo colarse en la Q2. El año se prevé complicado y cargado de penalizaciones, a pesar del motor extra que la FIA les ha regalado para que puedan terminar el año con holgura. Button tuvo que abandonar en la primera vuelta, en un choque en el que también estuvo involucrado Alonso, además de Maldonado y Grosjean. Las desgracias de McLaren siguen acumulándose e impidiéndoles rodar con cierta constancia.

 

 

También desastroso de nuevo el papel de Toro Rosso, que sigue desperdiciando un buen coche y dos buenos pilotos. Esta vez Verstappen se salió en las primeras vueltas con las ruedas duras frías, y Carlos Sainz se vio afectado por nuevos problemas mecánicos que le hicieron abandonar cuando estaba sólidamente en los puntos. Tampoco pudo terminar Ricciardo, y Nasr ni siquiera empezó en un Gran Premio que ha sido una escabechina.

En cuanto a los Manor, el agua permitió que Roberto Merhi se sobrepusiese a su motor menos eficiente y terminase la carrera delante de Stevens, que incluso acabó estrellado contra el muro. En la primera vez que ha podido correr en lluvia en Fórmula 1, Merhi ha demostrado que es un experto en estas condiciones y ha dejado retratado a un Stevens que no se impone ni con un coche superior. Ahora la Fórmula 1 se va de vacaciones forzosas debido a la cancelación del Gran Premio de Alemania, de modo que la competición volverá en Hungría, un circuito siempre peculiar en el que el McLaren, si no penaliza, debería comportarse bastante mejor que en las últimas carreras.

Montijo, 1991. Periodista. Extremeño y culé que pasa la vida en tierra hostil. La Fórmula 1 no es un deporte, ni falta que hace. Messi es un perro.

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