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Garbiñe y el espejo de Conchita

Garbiñe Muguruza quiere ser campeona de Wimbledon y qué mejor que escuchando los consejos de Conchita Martínez, la única tenista española que conoce el consquilleo de sostener en sus manos la bandeja «Venus Rosewater Dish».

Muguruza, de 23 años, se medirá mañana a la eslovaca Magdalena Rybarikova en busca de un billete a la final del sábado. En su palco volverá a estar Conchita Martínez, campeona en la hierba del All England Club en 1994.

La ex jugadora de 45 años, que llegó a ser número dos del mundo en 1995, recibió hace unas semanas la llamada de Sam Sumyk, el técnico de Muguruza. El francés tenía que viajar a Estados Unidos por motivos personales y no podía acompañar a su pupila en el tercer Grand Slam del año, así que pensó en Conchita Martínez.

No fue una decisión al azar. Conchita Martínez es capitana de la Copa Fed desde 2013 y fue clave para que Muguruza, nacida en Caracas, apostará por representar a España y no a Venezuela.

«Cuando vimos que Sam no iba a poder llegar a Wimbledon, la primera persona que se me vino a la mente fue ‘Conchi’«, contó Muguruza en Wimbledon, donde en 2015 saltó a los primeros planos del tenis alcanzando su primera final de Grand Slam. No fue, como tantas otras veces ocurre, un espejismo: la española ganó un año después Roland Garros y ahora está a un paso de otra final de Grand Slam.

«Estar aquí con ‘Conchi’ es un gran apoyo. La conozco desde hace mucho tiempo y me entiende como jugadora porque ella ha estado en la pista y puede saber cómo me siento«, explicó. «Ella ha vivido estas situaciones en su propia piel. En los primeros partidos yo le hablaba de lo nerviosa que puedes estar y ella me decía: ‘Yo sentía lo mismo’«.

Esos primeros partidos de Wimbledon parecen ya muy lejanos para Muguruza, que aterriza en semifinales cargada de confianza. Sólo puede ser así tras dejar en el camino a la número uno del mundo, Angelique Kerber, o la doble campeona de Grand Slam Svetlana Kuznetsova. En total lleva diez sets a favor y sólo uno en contra.

«La veo muy centrada y concentrada en todos los partidos, en prácticamente todos los puntos, está bien de actitud. Está jugando muy agresiva, buscando sus golpes, quitando tiempo a las rivales«, analiza Conchita Martínez. «Garbiñe ha trabajado muy bien los días que llevamos aquí, concienciando mucho cada detalle«.

Muguruza, que no gana un título desde Roland Garros 2016, rompió en agosto de 2015 con su entrenador de toda la vida, Alejo Mancisidor, y poco después comenzó a trabajar con Sumyk. Con el francés dio el salto definitivo y llegó al segundo lugar del ranking.

Además, Sumyk viajó con Muguruza a varias eliminatorias de la Copa Fed y enseguida se entendió con Conchita Martínez. «Tienen la misma visión, son bastante parecidos, así que eso ayuda«, señaló la tenista.

Sumyk siguió al detalle todos los partidos de Muguruza y habla cada día tanto con la jugadora como con la entrenadora. «Yo le paso un resumen de cada día, sobre cómo está ella, cómo la veo. Y él me pasa informes de las jugadoras contra las que juega, pero tengo libertad total para hablar con Garbiñe«, indicó Conchita Martínez.

Muguruza, actual número 15 del ranking tras unos últimos 12 meses sin pisar una final, ya tiene asegurado volver al «top ten». Si gana mañana a Rybarikova, 87 de la lista, podría alcanzar el octavo lugar y con el título escalaría hasta la cuarta posición.

Si regresa a ese «top 5» significará que Muguruza consiguió emular a Conchita Martínez. ¿Cambiaría eso la relación profesional entre ambas? ¿Se incorporará la ex tenista al equipo de forma permanente?

«De momento es algo temporal, de momento es en este torneo, no sé qué va a pasar después», respondió Muguruza. «Sigo siendo capitana de la Davis y de la Fed, esto es algo puntual y el futuro no lo sé«, añadió Conchita Martínez.

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