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Ciclismo

Froome, el molinillo arrasa de nuevo

Como si fuera una reposición de la etapa de Ax3 Domaines del Tour de Francia 2013. O un ataque como el que dejó secos, primero a Alberto Contador y luego a Alberto Contador pocos días más tarde en el Mont Ventoux. O la Planche des Belles Filles en 2012, con Wiggins entonces. Chris Froome y el equipo Sky eligieron de nuevo el primer final en alta montaña de la carrera francesa para dejar claro quien es, cara a cara, el más fuerte de este Tour.

El tren de la escuadra inglesa, tras el trabajo del Movistar, puso marcha marcial en el ascenso pirenaico, inédito como final de etapa, a la Pierre de Saint Martin, estación de esquí y paso fronterizo. Richie Porte desencadenó los hechos con un esfuerzo que dio inicio al desastre de todos sus rivales. Froome, a falta de seis kilómetros cuesta arriba, completó la escabechina.

Su estilo ya es característico. Completamente atípico, lanza la bicicleta a una velocidad de pedalada descomunal, como un molinillo casi hipnótico por su absoluta falta de estética sobre las dos ruedas, pero evidentemente efectiva para él. El colombiano Nairo Quintana, el único que había resistido la embestida limpiadora de el escudero Porte, solo pudo ver como el inglés de origen keniata, vestida de amarillo, se alejaba en esa rampa. Nada pudo hacer.

Como si fuera sin cadena, molinillo incansable, las piernas de Froome fueron ampliando distancias sin solución posible hasta cruzar la meta. No fue necesario desgaste previo -la jornada había sido completamente llana hasta el pie del puerto- para que el poderío del líder quedara absolutamente patente para dar un golpe que puede ser definitivo para la clasificación general y su segundo triunfo en el Tour de Francia. Las diferencias se describen por si solas. Con las caras desencajadas llegaron a un minuto su compañero Richie Porte, que llegó justo por delante de Quintana; a uno y medio el sorprendente Gesink; a dos Valverde y Thomas -también del Sky-, el joven Adam Yates y Rolland; a dos y medio Van Garderen, que había presentado sus credenciales al triunfo durante el día de descanso, en vano; a tres Contador, a más de cuatro Nibali -que se había descolgado mucho antes-; a seis Urán y Joaquím Rodríguez; a nueve Bardet, a diez Pinot… Una escabechina.

  Un golpe sobre la mesa de Froome y el Sky que llega justo el día después de un vídeo publicado por Antoine Vayer, antiguo preparador del equipo Festina y azote del dopaje en el ciclismo, en el que se mostraban los datos precisamente de la ascensión de Froome al Ventoux en 2013. Los datos -de los que el patrón del Sky Dave Brailsford no ha negado su veracidad, sino que aseguró que habían sido hackeados- muestran unos parámetros de potencia y frecuencia cardíaca, especialmente durante sus ataques, que han levantado sospechas en algunos sectores sobre un posible dopaje mecánico, mediante el uso de un motor. Sobre la etapa de la Pierre de Saint-Martin, Alberto Contador, que enseguida dio muestras de debilidad bajo el incesante sol veraniego de los Pirineos, reconocía tras la carrera en Cope la incuestionable superioridad de Froome en ese momento, y la evidente fatiga que sufre, lejos todavía de su mejor forma. El Giro triunfal, si bien ante rivales de menor entidad, pesa, y el doblete Giro-Tour ya parece utópico. Vincenzo Nibali, por su parte, remarcaba que se encuentra lejos del momento de forma con el que ganó el Tour hace un año.

  La ventaja como líder de Chris Froome aumenta, gracias a la ya conseguida durante la primera semana, hasta los tres minutos sobre Van Garderen y Quintana, más de cuatro sobre el resto. Una diferencia que podría ser perfectamente definitoria de no mediar todavía dos semanas enteras de competición. Una decena de etapas con recorridos y terrenos propicios para provocar la emersión de las principales debilidades de Froome y el Sky: el caos táctico y los ataques desde lejos. Eso sí, ante un Froome así y su molinillo, parece misión imposible alcanzarle.

Madrid, 1993. Oscense de adopción. Editor en @SpheraSports. Combino Calcio y ciclismo con todas las consecuencias.

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