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Frescura

España jugó ante Inglaterra su último amistoso antes de la convocatoria
oficial de las 23 futbolistas que acudirán al Mundial de Francia. Fue en
Inglaterra, ante una selección que ocupa el puesto nº3 en el ránking FIFA, pero
que jugó sin muchas de las que serán titulares en la cita mundialista. Bronze,
Houghton, Kirby, Parris, Stoke… Algunas por lesión, otras por descanso, Neville
realizó hasta nueve cambios respecto al choque anterior a Canadá. Vilda, en
cambio, alineó un once que apunta a ser el titular en el debut frente a
Sudáfrica.

El resultado fue lo de menos. Es un amistoso. Peores fueron las
sensaciones. Una vez más España quiso adueñarse del balón, pero pasado el
centro del campo apenas pudo brillar con él. Inglaterra presionó bien y
aprovechó la velocidad de sus puntas para lanzar balones a la espalda. El 2-0
tras el descanso no era casualidad. A la Roja le sigue faltando verticalidad,
un problema que persiste desde la decepción en la pasada Eurocopa y que puede
pasar factura en el Mundial. Mejoró en los minutos finales gracias a la entrada
de Sosa y Aitana, que marcó gracias a una gran jugada de Mariona Caldentey.

En realidad, España siempre mejora cuando hay frescura sobre el césped.
Nahikari, Lucía, Andrea Falcón, Aitana… Son jugadoras rápidas, ágiles y con el
dinamismo que falta cuando se juega con centrocampistas e interiores de corte
tan similar. Jenni Hermoso, delantera de una calidad incuestionable,
inteligente en el uso del espacio y en el juego de espaldas, necesita una
cómplice como la que disfruta en el Atlético. Una ‘Ludmila’ que le abra
espacios a base de explosividad. La única en la última convocatoria con un
perfil similar es Bárbara Latorre, jugadora que apenas ha participado esta
temporada por lesión y que reapareció hace menos de un mes.

Cuenta la Roja con jugadoras de un nivel técnico envidiable en tres cuartos
de campo. Alexia Putellas, Vicky Losada, Mariona Caldentey, Amanda Sampedro…
Juegan juntas desde hace mucho y se conocen a la perfección. Ante rivales más
inferiores, rompen líneas con mayor facilidad gracias al ritmo alto que se
imponen y a la velocidad del pase. Contra gigantes como Inglaterra, Estados
Unidos, Francia o Alemania, con defensas más compactas y un juego todavía más
intenso, la Selección se vuelve más previsible. Por ende, las ocasiones
disminuyen y el gol se paga caro. Inglaterra, que ya ganó a España en la pasada
Eurocopa, sabía cómo hacer daño y cómo maniatar el ataque español.

Tiene muchas virtudes el equipo de Jorge Vilda, pero en un Mundial corregir
esta laguna puede suponer la diferencia entre competir sin más o dar la
campanada. Y en la Liga Iberdrola disfrutamos cada fin de semana de futbolistas
con desborde y descaro que además están deseando comerse el mundo. Que no se queden
en casa.

Imagen de cabera: Selección Española Fútbol Femenino

Alicante, 1991. Mi madre siempre me decía: "No sé por qué lloras por el fútbol, sino te da de comer". Desde entonces lucho por ser periodista deportivo, para vivir de mis pasiones (y llevarle un poco la contraria).

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