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Serie A

Florencia en las espaldas

Una Fiorentina convulsa, con una plantilla cargada de perfiles redundantes en la medular, muy poco adaptada al entrenador con el que inició la temporada —el mismo que fue despedido a mitad de curso por el bajo rendimiento y al que ha tenido que recurrir de nuevo para (probablemente) acabarla—, tristemente alejada de los que deberían ser sus objetivos año tras año y en medio de una preocupante deriva desde la dirección deportiva del proyecto de Rocco Commisso, que hasta el momento no sabe por dónde va ni hacia dónde quiere ir (están sonando entrenadores futuribles de tan diverso pelaje como Roberto De Zerbi, Gennaro Gattuso o Ivan Juric). Justo en ese contexto es en el que Dusan Vlahovic se ha convertido en la única nota positiva de una campaña, por lo demás, frustrante y desilusionante a partes iguales.

El ariete serbio debe su explosión en el Calcio a Cesare Prandelli, en el que probablemente haya sido su último gran servicio al fútbol y a Florencia y a quien está totalmente agradecido. “Cuando llegó Prandelli me llamó a su oficina y me dijo: ‘Tienes siete u ocho partidos, apuesto por ti, pero tú no te preocupes y juega tranquilo. No marcaba y me hizo tirar los penaltis para que pudiese desbloquearme”, declaró al diario La Repubblica. Vlahovic ha anotado 14 goles en los últimos 19 partidos de Serie A, incluyendo un pleno desde el punto de penalti (3/3), lo que le ha llevado a mejorar su juego a través del gol, como suele pasar con los equipos, y a convertirse en una de las sensaciones del fútbol italiano. Dos dianas más que las anotadas por Romelu Lukaku o Cristiano Ronaldo en el mismo periodo. Unos guarismos de auténtica locura.

Vlahovic ya ha demostrado que lleva dentro lo que tantos nueves anhelan: el gol. Aún así, necesita un contexto táctico un tanto particular para no depender demasiado de un plan de juego colectivo que se base en la asociación a través del balón y que le obligue a venir mucho al apoyo y a participar del juego, ya que no tiene una gran gama de acciones con balón cuando cae a bandas para dar amplitud, no es un futbolista creativo y tampoco posee un primer control de pelota y una técnica en espacios reducidos capaz de hacer la diferencia, al contrario. Además, depende en exceso de su pierna zurda para cada movimiento que ejecuta con balón.

Donde más destaca Vlahovic es obviamente dentro del área para finalizar, debido a su destacado instinto y a sus dotes de cazador en la última instancia del ataque para saber separarse de la acción o para desmarcarse hacia la ruptura corta, quedar liberado y poder definir con toda la ventaja del mundo al primer toque. El ex del Partizan de Belgrado se mueve muy bien hacia zonas de remate, su posicionamiento dentro del área es de absoluta élite en la demarcación y siempre está pendiente de la línea fuera de juego, también ante bloques muy bajos, para romperla con un movimiento aparentemente sencillo pero con el que desequilibrar la balanza. Un poco bajo el mismo paradigma con el que se hizo leyenda ‘Pippo’ Inzaghi.

A pesar de todo ello, de que tampoco ha destacado sobremanera hasta ahora en el juego aéreo en el área —sí que es un recurso utilizado con cierta frecuencia por la Fiorentina para jugar directo y desde él ganar la segunda jugada— y de una forma clásica de entender la posición de delantero centro, prefiriendo actuar antes que reflexionar, el serbio también es un punta que, más allá de su envergadura y corpulencia, es capaz de abrir con tino y sencillez hacia los costados para sumarse acto seguido al área en busca del envío lateral o de explotar espacios amplios en carrera lejos de la portería, siempre y cuando pueda enfilarla de cara

Dentro de su arsenal de virtudes están también un tiro de media distancia contundente y peligroso, ciertos chispazos de creatividad desde el remate, unas dotes para la definición con un porcentaje de conversión muy efectivo, una potencia y una aceleración cuando coge vuelo y una fortaleza en los duelos cuerpo a cuerpo en ese tipo de situaciones que son ciertamente destacadas y que simplifican muchísimo el plan de ataque de su equipo, más si cabe en un sistema que suele necesitar a Franck Ribéry muy abajo para ayudar construir el juego y a progresar y que, por lo tanto, acostumbra a dejar al serbio bastante aislado entre los centrales del equipo rival. Una circunstancia que todavía pone más de manifiesto el valor y el mérito de su temporada. De hecho, la altísima relevancia de Vlahovic para esta Fiorentina también se puede ver aquí: es el quinto futbolista de la Serie A que más pases totales progresivos ha recibido de su equipo, tan solo por detrás de Lukaku, Luis Muriel, Ronaldo y Rodrigo Palacio.

Si él no marca, la Fiorentina aún sufre más para aspirar a sacar un buen resultado. Hay un dato tan esclarecedor como impactante y que se compenetra y entiende mejor sabiendo que el segundo goleador del equipo lleva cinco dianas, Gaetano Castrovilli, y el tercero es un central, Nikola Milenkovic, con tres. Sin los goles de Vlahovic, el segundo máximo goleador sub-21 de las grandes ligas tras un Erling Braut Haaland a quien ha confesado estudiar, la Fiorentina estaría claramente en descenso y, aunque no sea un consuelo, dada la nefasta temporada del club viola en lo colectivo, el jovencísimo nueve serbio ha tenido que ponerse la ciudad a las espaldas, con todo el peso que un equipo como la Fiorentina conlleva, para evitar una situación clasificatoria aún más tétrica para un club que por nombres en su plantilla y por la aparente teoría que trató de vender el proyecto de Commisso estaban claramente destinados a pelear por puestos europeos. Sin embargo, la única buena noticia que la Fiorentina ha sido capaz de ofrecer a sus hinchas esta temporada tiene nombre y apellido: Dusan Vlahovic.


Imagen de cabecera: ImagoImages

Sevilla. Periodista | #FVCG | Calcio en @SpheraSports | @ug_football | De portero melenudo, defensa leñero, trequartista de clase y delantero canchero

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