En muchas ocasiones el fútbol y el deporte en general son un fiel reflejo de la vida misma. Los altibajos forman parte de nuestra estancia en este mundo, y a lo largo de años y años de existencia podemos acabar dibujando una trayectoria donde en alguna fases hemos estado muy cerca de la cima y en otras hemos llegado a tocar fondo. Como se suele decir “un día puedes estar arriba y al siguiente abajo”, una cita que refleja a la perfección las vivencias del Deportivo Abanca en sus dos últimas temporadas.
Hace apenas un año el conjunto dirigido por Manu Sánchez cursaba su primera campaña en Primera Iberdrola. El Depor había llegado como una exhalación a la máxima categoría, y tras un curso brillante en el que había logrado el ascenso de manera incontestable, se había erigido sin ninguna duda en el equipo revelación del campeonato. Tal es así que solo una pandemia mundial logró frenar dicha progresión, cancelando anticipadamente una liga en la que el equipo gallego ocupaba una más que sorprendente cuarta plaza. La competición no pudo llegar a su fin, pero era evidente que si el cuadro coruñés lograba retener el talento que albergaba en su plantilla, debía ser tomado muy en serio para la siguiente edición.
Pero antes había que cruzar un largo mercado de fichajes, meses en que clubes punteros de nuestro fútbol no dejaban de interesarse por algunas futbolistas que habían despuntado en su debut en primera. Resultó imposible mantener aquella plantilla, Real Madrid, Levante y Real Sociedad presentaban ambiciosos proyectos para la Primera Iberdrola 2020/21, y Misa Rodríguez, Tere Abelleira, María Méndez y Nuria Rábano decidieron cambiar de aires para seguir con su progresión lejos de Abegondo.
Los que seguimos de cerca el fútbol femenino en nuestro país imaginábamos que el Depor iba a perder algo de fuelle. Por mucho que la dirección deportiva se apresurara en intentar reponerse de esas bajas sería complicado que el equipo pudiera mantener el nivel mostrado. Aunque la continuidad de futbolistas como Peke, Athenea del Castillo, Gaby, Iris Arnaiz o Alba Merino invitaban a creer en que el proyecto podía seguir dando buenos frutos. Lo que no logramos vislumbrar fue el problema defensivo que ha arrastrado el conjunto de Manu Sánchez durante toda la temporada, y es que encajar 77 goles en 31 partidos ha sido sin duda el gran detonante de la complicada situación que ha vivido el cuadro gallego durante todo el año.
Nueve derrotas en las nueve primera jornadas de liga hicieron saltar todas las señales de alarma. Ese ha sido a la postre un lastre demasiado pesado para el conjunto coruñés, que desde la jornada dos hasta la 31, en la cual nos encontramos, ha ocupado de manera ininterrumpida plazas de descenso. Pero también hay que romper una lanza en favor de su técnico y sus futbolistas, que jamás han bajado los brazos. Y prueba de ello es que a falta de nueve puntos por disputarse el Deportivo Abanca es el equipo mejor colocado para optar a una hipotética salvación.
Las jugadoras de Manu Sánchez no tienen margen de error, son conscientes de que todo lo que no sea sumar tres victorias consecutivas puede significar perder la categoría. Pero también debemos tener en cuenta dos factores que juegan a favor del Depor. Por una parte tiene ganado el gol average particular con Eibar y Rayo Vallecano, los dos equipos que marcan ahora mismo la permanencia cinco puntos por encima de nuestras protagonistas de hoy. Por lo que, en caso de un empate final a puntos, serían las deportivistas quienes se salvarían. Y por otra, y quizás esta es la más importante, tienen fe ciega en Abegondo.
El estadio del Deportivo Abanca se ha convertido en un escenario mágico para sus futbolistas. En él se han forjado las opciones reales de salvación del equipo, que de no ser por sus buenos números como local en las últimas semanas podía estar ya descendido. Sobre su césped jugadoras y técnico se transforman, poco o nada tienen que ver con su versión a domicilio. Y las cifras no mienten. De los últimos 18 puntos disputados en Abegondo el Depor ha sumado 13, superando a RCD Espanyol, Madrid CFF, Rayo Vallecano y Sporting Huelva, firmando tablas ante el Valencia y cayendo ante un sólido Real Madrid.
Los dos últimos rivales que deben visitar tierras gallegas esta temporada son el Granadilla Tenerife Egatesa y el Athletic Club, dos conjuntos ciertamente temibles pero que ya no se juegan nada. Ambos serán jueces involuntarios en la lucha por permanecer en la Primera Iberdrola, 180 minutos que deben ser definitivos para desvelar si en Coruña se acaban dibujando sonrisas de felicidad o derramando lágrimas de tristeza.
La salvación pasa inexorablemente por el coliseo deportivista, donde una afición que poco a poco ha vuelto a poblar sus gradas no dejará de alentar a las suyas para que el milagro sea posible, un factor que reaviva la ilusión de una plantilla convencida de que la permanencia puede ser un hecho si la piel queda en el campo. La fe mueve montañas, y en este caso la que transmite el Depor cuando pisa Abegondo lo convierte en un equipo sólido, batallador y con confianza en sí mismo, requisitos indispensables para intentar evitar el infierno del descenso.
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Imagen de cabecera: Multimedia LaLiga
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