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Osasuna

Fausto Tienza, un hombre de club

«Palabra dada» es una de las acepciones que aparece en la RAE en cuanto a qué significa el compromiso. Comprometerse con alguien o con algo -por ejemplo, una institución- exige que ambas partes inicien un camino juntos con el deber de cumplir con lo propuesto. Se trata de una obligación que conlleva una responsabilidad y que, durante el recorrido, muchas veces se rompe.

En el mundo del fútbol aceptar un contrato no significa solo plasmar una firma. Más allá del terreno de juego, el jugador en cuestión debe empaparse, primero, de la idiosincrasia del club, de la gente que lo forma y, en segundo lugar y no menos importante, debe «convertirse en uno más» dentro de la masa social que le respalda. Esto es, identificarse con sus aficionados.

¿Cuanto más grande es el club mayor es el reto que supone ese compromiso? Una cuestión con múltiples respuestas y que en clubes más pequeños quizá adquieran más importancia por esa cercanía entre institución/jugador y aficionado.

Osasuna y el valor del compromiso

En Osasuna, un club pequeño -o mejor dicho, modesto- el compromiso es uno de los valores esenciales. Si uno pregunta a sus socios qué esperan por parte de los jugadores, las respuestas girarán en torno a este pacto: no vale que un jugador diga que se identifica con la camiseta o con valores, tiene que demostrarlo. Y si se cumple -el hecho, no la palabrería-, la masa social quedará en parte satisfecha.

En esta temporada tan convulsa, con 14 fichajes entre verano e invierno después de volver a la élite, y ahora que una vez finalizada se puede hacer balance, un nombre propio resalta entre todos: Fausto Tienza (Talavera la Real, Badajoz, 8 de enero de 1990). “Me siento identificado con lo que simboliza el escudo y la camiseta de Osasuna” ha llegado a decir en rueda de prensa. Palabras -o ya tópicos- que son muy fáciles que se las lleve el viento pero que una vez demostradas calan más que otras.

Fausto Tienza sí cumple

Fausto sí ha cumplido lo dicho y cada vez que ha tenido oportunidad lo ha repetido porque se sentía seguro de que lo estaba demostrando y así continuaría en el futuro, próximo o lejano. La afición, más allá de una calidad exquisita -que también-, quiere ver que sus jugadores se dejan la piel cuando saltan al césped, que luchan hasta el último segundo y que la intensidad y las ganas son el primer motor para que el equipo funcione. Fausto Tienza llegó siendo un desconocido y ha ido creciendo junto a los valores rojillos hasta convertirse, probablemente, en uno de los jugadores más queridos venidos de fuera durante esta temporada. «Lo que puedo aportar es intensidad, trabajo y lucha», ha asegurado. Para él, dicho y hecho. Y enfrente, una afición agradecida por el detalle en unos meses en los que, en muchas ocasiones, se ha sentido sola.

«Mi mentalidad siempre ha sido la de intentar jugar 38 partidos, pero al final vengo a un equipo que está hecho y a ponerle al míster lo más difícil posible el once inicial». Estas palabras salieron de su boca en el día de la presentación con Osasuna. No ha podido jugar las 38 jornadas, se dio cuenta de que el equipo no estaba hecho y tampoco puso al entrenador en un aprieto: pronto se vio que con Fausto en el terreno de juego el equipo lograba cierto equilibrio.

Fausto no será el jugador con más calidad de la plantilla ni tendrá una técnica que hará levantar a los aficionados de los asientos cada vez que toque la pelota, pero sí ha dejado entrever que en su carácter la fe, la lucha y el esfuerzo no se negocian. Y esto es, justo, lo que más reclaman los aficionados de Osasuna, que si se preguntan por uno de los jugadores más comprometidos de Osasuna esta temporada, encontrarán la respuesta en Fausto Tienza. Un hombre de club.

21. Periodista por @fcomunav. He estado en Deportes en @NoticiasNavarra. Colaboré en @RoadToEuro2016. Todo comenzó gracias a @Nav_deportiva.

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