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Del éxtasis a la decepción, ¿cuál es el Barça real?

Si hay un equipo difícil de diagnosticar ese es el FC Barcelona, un conjunto que en apenas cuatro días pasó de vivir el éxtasis de su histórico partido ante el Paris Saint-Germain a caer ante un modesto rival que lucha por la permanencia en La Liga como es el Dépor. Fue una semana de contrastes en el Barça. En realidad, como viene siendo toda la temporada en un equipo que abandonó la regularidad de antaño para vivir en una permanente montaña rusa. Lo que sucede es que ahora cada tropiezo se paga muy caro.

El conjunto de Luis Enrique fascinó en Champions al ofrecer la remontada más importante en la historia de la Liga de Campeones levantando un 4-0 en contra con su victoria 6-1 ante el PSG. Entonces se habló de «un equipo eterno» que de nuevo se situó a la cabeza de los pronósticos para ganar la Copa de Europa. Aquel fue un Barcelona épico y constante, un equipo que no se rindió a pesar de tenerlo casi todo perdido. Fue un conjunto mágico. Pero todo lo contrario ocurrió en su derrota 2-1 en campo del Deportivo de La Coruña, un rival que acababa de cambiar de entrenador y que se movía por las arenas movedizas del descenso. Y se encontró con un Barcelona de resaca.

Los integrantes del plantel no acertaron a ofrecer los motivos de tan inesperada derrota. Mientras un futbolista como Luis Suárez descartó que hubiera pesado el festejo del partido ante el PSG, Luis Enrique era consciente de que algo así podía pasar. «Preveíamos que esa dificultad iba a existir», admitió el técnico azulgrana. Lo contrario expresó Suárez: «No nos ha pasado factura el partido ante el PSG, para nada. Hemos descansado y recuperado bien». Sea como fuere, el Barça pagó cara su derrota para quedarse a dos puntos del Real Madrid, que es el nuevo líder de La Liga y además tiene un partido más por jugar. Ya no depende de sí mismo para revalidar el título.

Leer más: El nefasto dato de André Gomes en los tropiezos del Barça

El equipo azulgrana sumó en Riazor su tercera derrota en el torneo español. Antes cayó ante Alavés y Celta de Vigo, dos equipos muy alejados de la punta. Quizá haya algo de falta de tensión en el Barcelona cuando afronta un encuentro ante un rival no demasiado llamativo. Aunque el Dépor sin duda mereció el triunfo, el conjunto azulgrana volvió a mostrar una imagen hipotensa, muy alejada del entusiasmo que generó a su alrededor desde el primer minuto ante el PSG. Otra vez se vio a ese equipo con problemas para gobernar el encuentro, para manejar el balón con rapidez y para defender los balones aéreos.

Además, se volvió a apreciar un recurrente síntoma que ofrece el equipo en las derrotas: los suplentes no responden. Así, jugadores como André Gomes o Arda Turan tuvieron su oportunidad ante el Deportivo y volvieron a ofrecer actuaciones insustanciales. Con todo, uno de los aspectos más preocupantes que exhibió el Barça en Riazor fue el bajo nivel de actividad de Messi. Ante el PSG tampoco brilló y fue Neymar quien se llevó los elogios individuales. Y en A Coruña, el argentino, todavía pendiente de renovar, tampoco lideró al equipo en un momento difícil. El conjunto de Luis Enrique echó de menos al brasileño, que se perdió el choque por pequeñas molestias físicas. Ahora mismo, es un jugador imprescindible para un equipo imprevisible y alejado de toda fiabilidad.

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