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Las 4 claves de un Barça que engancha

Si está bien, golea; si está mal, sufre pero gana o, a malas, empata. Así es el Barça actual, un equipo sólido, compacto, trabajador, ambicioso y, sobre todo, regular. Aun así, ¿qué le hace tan superior al resto? ¿Qué le hace tan difícil de parar?

El Barça es un equipo muy trabajado. Todos saben cuál es su rol y qué deben hacer en cada momento. Los azulgranas alternan control con fútbol vertiginoso adaptándose siempre al juego del rival, pero en ambas situaciones el objetivo es el mismo: que el balón termine en las botas de Messi o Neymar y, por tanto, que la MSN desequilibre, cree superioridades y defina. A nivel individual, Rakitic es uno de los mejores ejemplos de sacrificio: él sabe que, pese a ser interior, su función pasa por cubrir los desajustes defensivos provocados por las subidas de Alves o Aleix, mientras que en el Sevilla tenía mucha más libertad a nivel ofensivo. El saber aceptar un rol secundario de jugadores que podrían ser determinantes es otra de las claves del éxito.

Defensivamente, más dudas que certezas. Al Barça de los últimos años se le ha catalogado, y con razón, como un equipo que sufre atrás. No obstante, y sin que ello deje de ser cierto, la realidad es que si nos fijamos en los números el Barça apenas encaja: acumula 31 en 44 encuentros entre Liga, Champions y Copa o, lo que es lo mismo, una media de 0,7 por partido. Para un equipo que lleva 126 goles en los mismos partidos (2,86) ese no es, ni mucho menos, un problema. Encaja poco y marca lo que le es debido.

 

La presión tras pérdida denota ambición. Los jugadores quieren más y así queda demostrado siempre que juegan contra los grandes. Pese a que muchos ya lo hayan ganado todo, siguen saltando al terreno de juego como si no hubiesen conseguido nada. Aquí, la presión tras pérdida es el mejor ejemplo: los jugadores saben que cuanto más tengan el balón menos peligro creará el equipo rival y que si, además, lo roban en campo contrario, encontrarán espacios para que la MSN ejecute. Suárez, por tanto, inicia la presión y sus compañeros le acompañan.

Más que compañeros, amigos. Los malos rollos parecen haber quedado atrás y eso se traduce en resultados. Y esto, a su vez, ayuda al buen ambiente. Habrá que ver si el día que el Barça pierda algo todo seguirá siendo como Disneylandia. Sea como sea, el presente muestra que el equipo está unido: los jugadores cuelgan fotos continuamente juntos fuera de les redes sociales y esto solo hace que fomentar el compañerismo.

Si el Barça ganará o no el triplete solo el tiempo lo dirá. La oportunidad es única, las circunstancias son idóneas, pero los rivales hay que respetarlos y no lo pondrán fácil. Si el equipo no se confía y continúa en la misma línea, es favorito a todo.

Barcelona, 1996. Proyecto de periodista. Vocacional. FC Barcelona y Paris Saint-Germain. @uaoceu. Colaboro con @Radiodesvern, @SpheraSports y dirijo @PSGsphera.

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