ESEVERRI, EL ÚLTIMO MITO DE LA LNFS

Poco antes de cumplir 40 años (el
pasado 28 de agosto de 1977) ya advirtió que, pese a que se encontraba en buena
forma, el momento de la retirada estaba cerca. Según sus propias palabras, antes
que arrastrarse por las pistas prefería dejar paso a unos chicos que apretaban
en los entrenamientos cada vez más. Dicho y hecho, Javi Eseverri anunció hace escasas
semanas que esta temporada será su última como jugador en activo.

La verdadera dimensión de la
carrera de Javier Eseverri Barace en
la LNFS se mide revisando su ficha. Cuando
debutó con el primer equipo de CA Osasuna Magna (por entonces CD Xota
Navarra) el actual pichichi de
la Primera División, Adri Ortego, apenas tenía dos años.

El año 1995 es recordado por el famoso sistema operativo de
Microsoft, el histórico gol de Nayim en la Recopa, el final de la guerra entre
Serbia y Bosnia o por el acuerdo alcanzado para la creación del Euro, la moneda
que sustituiría a nuestra añeja peseta. De forma mucho más modesta, en el fútbol sala navarro sería el año del
debut de un chico de Ochagavía con el filial de Xota. Una efeméride que no
sería hasta muchos años después cuando descubriésemos su verdadera magnitud.

 Apenas un año después ya luchaba con el primer
equipo. Dos temporadas bastaron para que el club liderado por los hermanos Arregui (Tatono como
presidente e Imanol como entrenador) y comandado en el 40×20 por un imberbe
Eseverri subiese a Primera. Desde entonces han pasado 20 temporadas consecutivas
en Primera. Infinidad de jugadores han desfilado con la camiseta verde, pero
siempre comandados por el ‘12’, un capitán de la vieja escuela.

Y lo hará sin un gran título con
Xota, aunque quizá eso sea lo menos importante. Un subcampeonato liguero (2010)
y otro copero (2017), ambos ante ElPozo Murcia, quedará  junto al título de campeones de Segunda
División como sus únicas conquistas a nivel de clubes. A nivel individual lo
hará con el respeto de todos los pabellones y equipos de Primera División, algo
más valioso que cualquier trofeo. Respeto ganado tras veinte años liderando a
un equipo que ha permanecido en Primera pese a la crisis que atravesó el fútbol
sala y que arrastró a equipos históricos como el CLM Talavera o Playas de
Castellón.

Su entrenador y amigo ya advirtió
que jugaría hasta que él quisiese. Sus números esta temporada le respaldan: 17
partidos disputados en 22 jornadas y 11 goles anotados (cuarto máximo goleador
del equipo, por delante de alas ofensivos como Martel o Bynho). Sin embargo colgará
definitivamente las botas con casi 41 años. Lo hace por respeto a la profesión,
a un deporte del que ha hecho su modo de vida. Dejará atrás, cuando acabe la
temporada, veintitrés años en los que, más allá de la Selección Española (con
la que ha conquistado sus dos únicos títulos, los Europeos de Portugal’07 y
Hungría’10) solo ha vestido la zamarra verde
del club irurtzundarra.

Antes que él se fueron mitos de
la LNFS como Paulo Roberto, Luis Amado o Kike Boned. Todos ellos jugadores
únicos, con un don para liderar a sus equipos, poseedores de un carisma que no
se puede entrenar. Eseverri es eso y más. Se ha hecho un hueco en la historia
de la competición desde un club modesto.
Se retira el último One Club Men del fútbol sala. Pongámonos en pie para
despedirle.