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Entrevista a 'Cachito' Ramírez, el jugador que dejó a Argentina sin Mundial

Muchos son los recuerdos y fantasmas que sobrevuelan al decisivo partido del jueves entre Argentina y Perú en la Bombonera, pero ninguno como el de Oswaldo «Cachito» Ramírez, el mítico delantero peruano que causó al fútbol albiceleste la mayor frustración de su historia.

Más de 48 años pasaron desde el encuentro que Argentina y Perú igualaron 2-2 en la cancha de Boca Juniors el 31 de agosto de 1969 y que dejó al conjunto albiceleste fuera del Mundial de 1970 (la única vez que Argentina se perdió una Copa del Mundo por motivos deportivos). Pero su recuerdo, en estos días, está más vivo que nunca.

Ambas selecciones vuelven a enfrentarse en un choque definitorio en la eliminatoria sudamericana y el hecho de que se juegue en la Bombonera de Buenos Aires, un escenario «maldito» para Argentina desde entonces según los más supersticiosos, ha aumentado especialmente el morbo. Allí, a sus 70 años y para acompañar al Perú en su intento de una nueva gesta, estará nuevamente «Cachito», el hombre que con sus dos goles clasificó al Mundial de México al recordado equipo de Didí, Héctor Chumpitaz y Teófilo Cubillas.

¿Qué recuerda de aquel encuentro de 1969?

Ramírez: Ese partido para mí fue extraordinario. No sólo para mí, para todo el Perú. Empatamos ese partido y logramos la clasificación porque teníamos un buen equipo. Lo fundamental es justamente eso: cuando un equipo funciona como equipo.

¿Qué espera de este partido entre Argentina y Perú?

Ramírez: Los argentinos por temor están pensando que esta es una venganza del 69, pero no tiene nada que ver una cosa con la otra. Lo que pasa es que Argentina está atravesando un momento bastante difícil. Tienen muy buenas individualidades pero no funcionan como equipo. En cambio, Perú sí está jugando como equipo y eso es fundamental. Eso no se puede lograr de la noche a la mañana.

¿No hay ningún punto de comparación entre el partido del 69 y este?

Ramírez: En absoluto. Éramos completamente diferentes. Quizás las circunstancias se están presentando algo similares, porque antes de intervenir en aquellas eliminatorias Argentina cambió tres técnicos, cosa que le está pasando ahora también. Y jugamos en la Bombonera, como sucede también ahora. Pero el escenario realmente no es la razón del juego. Es un juego de once contra once entre dos equipos que tienen la misma cantidad de puntaje.

¿El hecho de jugar en la Bombonera no influirá entonces?

Ramírez: Para nada. El escenario de La Bombonera es posiblemente incomparable, porque tiene las tribunas pegadas al campo y no tiene campo atlético que separaría. Pero cuando los jugadores entren al campo solamente estarán pensando y concentrados en el partido, más no en lo que la gente esté gritando o diciendo en la tribuna.

¿Usted sintió la presión de jugar en La Bombonera aquella vez?

Ramírez: Para nada, nosotros salimos a jugar un partido y necesitábamos el empate para clasificar y clasificamos. Las circunstancias del partido se dieron favorables a nosotros. Recuerdo que Agustín Cejas​ salvó, si mal no recuerdo, de cuatro a cinco oportunidades. Además, nos cobraron un penal que no fue, el que supuestamente le hacen a (Alberto) Rendo.

¿Le preocupa lo que pueda pasar con el arbitraje el jueves?

Ramírez: No conozco mucho a este árbitro (Wilton Sampaio), pero sé que es brasileño y a los argentinos les encanta que les arbitre un brasileño en Argentina. Por eso dijeron que querían árbitros bolivianos, para ver si le ponían los brasileños. Hubiera sido distinto si hubiera tocado chileno o uruguayo.

Pero entre Brasil y Argentina hay una gran rivalidad…

Ramírez: Si ves el video del Perú contra Argentina en River Plate en 1985 sabrás por qué te digo (NDR: el partido, arbitrado por el brasileño Romualdo Arppi Filho, terminó 2-2 y dio a Argentina la clasificación al Mundial 1986). Cuando Perú ganaba 2-1, el árbitro no quiso expulsar a (Daniel) Passarella. El argentino le pisó la mano a César Cueto cuando estaba en el piso. El juez de línea lo ve y le hace señas, pero no lo hizo caso. Y a los dos minutos ataca Argentina, Passarella se va por la derecha y Gareca hace el gol. ¿Qué hubiera pasado si Arppi Filho hubiera expulsado a Passarella? ¿Y quién termina arbitrando la final del Mundial 86 (que Argentina ganó a Alemania)? Arppi Filho.

¿Qué sintió tras el empate del 69?

Ramírez: Una alegría inmensa, por supuesto, porque era la primera vez que Perú se clasificaba a un Mundial por mérito propio. Había ido al Mundial de Uruguay 1930 como invitado. Pero esta vez era la primera vez por mérito propio. Y fue en la Bombonera y contra Argentina.

¿Cómo fueron los festejos esa noche en Buenos Aires?

Ramírez: Fue algo tranquilo. Nosotros terminamos, fuimos del partido al hotel «City», nos cambiamos y fuimos a la embajada, que tenía preparado un ágape para el equipo. Estaba lleno de gente. Estuvimos como una hora ahí y luego nos fuimos con el ómnibus a cenar a una parrilla como a tres horas de donde estábamos. Y al regreso llegamos cerca de la una de la mañana al hotel. No nos quedó otra cosa que irnos a descansar. Los directivos nos mandaron a cenar bien lejos para evitar que tuviéramos roces con los argentinos.

¿Cree que esta selección de Ricardo Gareca está a la altura de los mejores Perú?

Ramírez: No sé si es una de las mejores de la historia del Perú, pero lo que sí estoy seguro es que está funcionando bien como equipo. Gareca ha ido cambiando a jugadores que eran posiblemente titulares indiscutibles y los fue sacando. Y fue poniendo a nuevos valores y le está dando resultados. Eso es importantísimo. Está jugando como equipo, por eso le está yendo bien, cosa que no sucede con Argentina.

¿No puede jugarle un poco en contra al Perú toda la euforia que hay en el país ante la posibilidad de volver a un Mundial?

Ramírez: Eso es algo natural de la gente. Lo que yo sí he palpado es que en los jugadores hay una mesura tremenda. Ellos mismos, después del partido contra Ecuador en Quito, dijeron que hay que tener cabeza fría y corazón y piernas calientes para los 180 minutos que faltan ante Argentina y Colombia.

¿Qué significa para usted ahora viajar con la delegación?

Ramírez: Simplemente estoy viajando a través de una empresa en la cual yo trabajé 35 años, de la cervecería Cristal, que además es auspiciante de la federación. Ya a Quito llevaron a 11 personas que las tildaron de los 11 especiales que apoyarán a la selección en la tribuna. Y en esta oportunidad querían que yo los acompañe.

¿Qué pálpito tiene para el partido?

Ramírez: Ninguno. Lo único que quisiera yo es que Perú tuviera una entrega tremenda en el campo y si por A o B pierde, que sea porque le ganó bien Argentina, porque jugó mejor.

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