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La Liga

El uno a uno de La Liga

Barça. Campeón de la Liga con una superioridad bárbara. Messi fue el máximo
goleador con 36 goles y volvió a ser la llave para el octavo título en los
últimos 11 años. Piqué-Lenglet conformaron la mejor pareja de centrales del
torneo y Jordi Alba volvió a estar a un nivel superlativo. Los azulgranas
anotaron 90 goles, 27 más que el Real Madrid.

Atlético. Subcampeón por segundo año consecutivo. El único equipo que mantuvo una
distancia más o menos salvable con el Barça durante gran parte del curso.
Oblak, de nuevo el portero menos goleado. Múltiples despedidas: Griezmann,
Godín, Juanfran y Lucas Hernández, entre otros.

Real Madrid. Su peor temporada en décadas. Números terribles: a 19 puntos del Barça, 12
derrotas (uno de cada tres partidos), goleadas encajadas ante equipos como el
Éibar o el CSKA, humillaciones constantes en el Bernabéu. Tres entrenadores
(Solari ha dejado mejor bagaje que Lopetegui y Zidane) y un desastre general en
el aspecto individual. Se salvan Karim Benzema (21 goles) y el joven Vinicius.

Valencia. Ningún equipo había remontado 12 puntos en una segunda vuelta para meterse
en Champions. Lo hizo el equipo de Marcelino, cuarto por segundo año
consecutivo. Pese a la ristra de empates (16, el que más de la Liga) el
espectacular tramo final con hombres inspirados como Parejo, Guedes, Rodrigo o
Mina ha acabado logrando un objetivo que parecía surrealista. Aún queda la
final de Copa.

Getafe. Rozó la Liga de Campeones con la punta de los dedos y se le escapó en la
penúltima jornada. La derrota ante un Barça herido por la eliminación ante el
Liverpool y los dos triunfos del Valencia terminaron de borrar el sueño. Pero
no hay que olvidar que no hace mucho el equipo azulón estaba en zona de
descenso a Segunda B. Bordalás lo ascendió play-off mediante, firmó una gran
temporada pasada superada con creces en la actual. Disputarán la Europa League
nueve años después.

Sevilla. La victoria ante el Athletic selló un sexto puesto que sabe amargo. Otro
año sin que el equipo de Nervión dispute la máxima competición europea son
muchos teniendo en cuenta de dónde se viene. La sombra de Emery parece
alargada, bien lo sabe un Machín que empezó de forma inmejorable y acabó siendo
destituido tras alejarse en cinco puntos de la zona Champions. Caparrós tampoco
supo dar con la tecla. Bajón físico evidente en una plantilla con Sarabia y Ben
Yedder como grandes protagonistas.

Espanyol. Desde que se supo que la séptima plaza significaba jugar en Europa la
próxima temporada, los pericos se lanzaron a por un botín que parecía
imposible. Y eso que el inicio fue impresionante, llegando a ser colíder de la
clasificación junto al Barça a finales de octubre. El bajón fue tal que llegó a
peligrar hasta la salvación, pero el arreón final, con victoria a la Real
incluida, ha significado regresar a competición continental 12 años después.
Borja Iglesias, el gran héroe en un equipo con mucha juventud que promete.

Athletic. Trayectoria parecida a la del Valencia. Cuando Berizzo fue cesado, los
leones marchaban en puestos de descenso en una situación insostenible. La
llegada de Gaizka Garitano lo cambió todo. De la ruina a pelear por Europa.
Llegó a tener la clasificación en la mano, pero se le escapó en la última
jornada cayendo en el Pizjuán. Iñaki Williams y Muniain han dado pasos al
frente y se notará el próximo año.

Real Sociedad. Temporada de sinsabores para el equipo donostiarra, que mejoró de nuevo con
la llegada de su talismán. El bueno de Imanol Alguacil rescató a un equipo cada
vez más cerca del descenso (a solo cuatro puntos tras la destitución de Asier
Garitano) y le dotó de confianza para pelear por el objetivo real. Oyarzabal
está para dar el salto a un grande.

Betis. Temporada decepcionante, sobre todo tras las expectativas e ilusiones
creadas la pasada campaña y en la primera mitad de ésta. El cuadro verdiblanco
llegó a rozar la final de Copa en su estadio y venció en el Camp Nou, Bernabéu
y San Siro. Por contra, se desinfló en un 2019 terrible, con sólo cuatro
victorias en las últimas 13 jornadas, las dos últimas ya sin nada en juego.
Setién se despide por la puerta de atrás pese a revalorizar a media plantilla,
incluido un Sergio Canales brillante y un Lo Celso que se ha convertido en
buque insignia. Falta un goleador.

Alavés. El objetivo era la permanencia, pero Abelardo tuvo al equipo vasco
alternando cuarta y quinta durante gran parte del torneo, saliendo de los
puestos europeos a solo seis jornadas del final. Equipo compacto y muy difícil
de ganar, tuvo en Jony su jugador más importante.

Eibar. Otro año para enmarcar del cuadro de Mendilibar, un equipo sin estrellas
que ha competido de tú a tú contra todos, desde un Madrid al que goleó hasta un
Barça que no pudo ganar en Ipurúa en la última jornada. +10 respecto al
descenso.

Leganés. Para no dejar de aplaudir al equipo pepinero y a su técnico, Mauricio
Pellegrino, por lograr la permanencia por tercer año consecutivo, sumando
incluso más puntos que la temporada anterior. Lo hizo goleando al Sevilla en el
Pizjuán (0-3) para poner la guinda a una campaña inolvidable para uno de los
clubes más humildes de Primera División.

Villarreal. De meterse en Europa durante cuatro años seguidos a pelear por el descenso
de la forma más agónica. El Submarino, que se gastó más de 40 millones en
Gerard Moreno y Toko Ekambi, pasó de agosto a mayo en la zona baja de la
clasificación, llegando a ocupar la penúltima posición de la tabla con la Liga
muy avanzada. Calleja regresó tras su destitución (y la incapacidad de Luis
García Plaza) y mejoró sus números para lograr la salvación a una jornada del
final. Santi Cazorla, que llegó a coste cero tras dos años sin jugar un
partido, fue el mejor jugador.

Levante. Otro equipo capaz de competir contra cualquiera que se vino abajo a poco
del final. Nueve partidos sin ganar metieron a los granotas en el descenso,
pero Morales y compañía sacaron fuerzas de flaqueza para ganar tres de los
últimos cinco partidos, dos de ellos ante rivales directos y de forma
espectacular (4-1 al Rayo y 1-2 remontando al Girona en Montilivi) para lograr
la permanencia a falta de un partido.

Valladolid. Le costó lograr su primera victoria, pero el Pucela dejó su sello en la
primera vuelta, demostrando que contaba con un grupo sin nombres pero con mucho
trabajo que podía vencer en cualquier campo. En puestos europeos en la jornada
10, solo ganó dos partidos de 18 entre finales de diciembre y finales de abril.
Muchos le pusieron la etiqueta de descendido antes de tiempo. Ganaron a Girona,
Athletic y Rayo para sumar los nueve puntos necesarios para lograr la salvación
un año después del ascenso.

Celta. Estaba a punto de ser una temporada nefasta que acabaría en el descenso de
un equipo que solo dos años antes desafió a todo un Manchester United en las
semifinales de la Europa League. Antonio Mohamed y Miguel Cardoso cayeron, y
fue Fran Escribá el encargado de asumir la responsabilidad en el tramo final,
ya con Iago Aspas recuperado. Fue el de Moaña el gran salvador con 10 goles en
nueve partidos desde la jornada 28. Bien merece una estatua a los pies de
Balaídos.

Girona. Pocos podían imaginar que el equipo de Eusebio acabaría en Segunda después
de asaltar el Santiago Bernabéu o eliminar al Atlético en Copa. Le sacaba ocho
puntos al descenso en la jornada 26, pero solo sumó seis de los 36 siguientes.
Ni contar con Stuani y Portu (28 goles entre ambos) fue suficiente para el peor
local de la Liga: solo ganó tres partidos en Montilivi.

Huesca. En su honor quedará haber luchado hasta el final, pese a lo imposible que
se antoja el objetivo. Novato en Primera División, en El Alcoraz podrán decir
que ganaron a Betis y Sevilla, que golearon al Valladolid (4-0), que rozaron la
victoria ante Valencia y Barça, y que pusieron patas arriba el Bernabéu y San
Mamés. Al final, ni siquiera serán los colistas de la Liga. El Chimy Ávila
apunta a cotas mayores.

Rayo Vallecano. La confianza en Míchel se agotó casi al
final, cuando ya el descenso parecía insalvable. Llegó Paco Jémez, que fue
incapaz de reconducir la situación. Un inicio desastroso dio paso a cuatro
victorias en cinco partidos entre diciembre y enero, logrando salir del
descenso por primera vez. Fue una ilusión, porque le siguieron siete derrotas
consecutivas y nueve sin ganar. Las victorias ante Valencia y Real Madrid
llegaron demasiado tarde y de poco valieron. Al menos Raúl de Tomás (14 goles)
se va con la conciencia tranquila.

Alicante, 1991. Mi madre siempre me decía: "No sé por qué lloras por el fútbol, sino te da de comer". Desde entonces lucho por ser periodista deportivo, para vivir de mis pasiones (y llevarle un poco la contraria).

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