Vamos a ver, que yo lo entienda: ¿Daniel Levy ha despedido al entrenador que ya no quería en verano y que tuvo que firmar porque no tenía nada más? Anonadado me hallo. Resulta que quería fichar a un técnico ofensivo para volver a sentir los valores añejos de la entidad, eso del “football is about glory”, y al final escogió a uno de los perfiles más pragmáticos y prosaicos, respetando a José Mourinho, que existían en la Premier League. Nuno, que hace un par de meses se regocijaba con su manager of the month, ya está buscando trabajo. El reemplazo es el siempre polémico Antonio Conte.
El portugués parecía un cadáver andante desde casi su aterrizaje. Se escribieron perfiles sobre lo que podía hacer en Londres, pero los problemas ya venían de lejos y muchos no quisimos verlo. El propietario lleva dando tumbos desde que despidió a Mauricio Pochettino, confundiendo al pobre Harry Kane que ve que su carrera se apaga por firmar un contrato demasiado largo. Para que luego digan que acordar seis años de contrato es un paso adelante. A veces es escoger un ataúd que será de oro. Pero sigue siendo un ataúd.
La sensación que queda con el luso es que, además, no ha sido consecuente con su forma de entender el fútbol. Por lo menos con lo que nos tenía acostumbrado en el Wolverhampton. Dejó atrás la defensa de cinco, que seguro que Conte utilizará, para disponer un 4-2-3-1 que dejaba un sinfín de dudas. Lo peor de la formación fue la percepción de que no había una idea de fútbol predeterminada. Simplemente salían los futbolistas, que no son nada malos, a tratar de arreglar un desaguisado incomprensible. Nuno, rápidamente, pasó de ser un perfil respetadísimo en Inglaterra a ser ese romano que dice Pijus Magnificus sin poder contener la risa de los demás. Incomprensible.
Conte, por todo lo que sabemos de él, es una apuesta arriesgada ya que sus proyectos no duran mucho: los londinenses, precisamente, necesitan continuidad. Desde luego, es una figura que ahora mismo está por encima del Tottenham. Es el que más expone de ambas partes. Cuando se marchó del Inter, por ejemplo, muchos esperaban que acabara en el Real Madrid. El reto es monumental para ambos en un momento clave para la entidad. La compra del Newcastle y el auge de equipos como el Leicester City son un riesgo para mantener a futbolistas que hace poco disputaban la final de la Champions League. Hoy juegan Conference y no saben si estarán en la máxima competición continental. Sabiendo que sus carreras son cortas no pueden esperar a que Levy dé con la tecla.
Imagen de cabecera: @SpursOfficial
