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Real Madrid

El relevo de Casemiro está en casa

Hay posiciones sobre el terreno de juego que el fútbol moderno se obceca en extinguir. Da igual por donde busquen. Escasean de forma alarmante. Una de ellas es el pivote defensivo, o el cinco, como se le conoce en Sudamérica. Aquel futbolista capaz de sostener al equipo tanto en la fase defensiva como la ofensiva. En su persona recae el pilar maestro que aguanta los cimientos. Si no está, el huracán puede reducir en escombros la infraestructura. Casemiro es uno de ellos.

En el Real Madrid se hizo indiscutible la pasada temporada, y está lo seguirá siendo con casi total seguridad. Con su presencia en el campo, el conjunto blanco madura, se hace mayor y tiene las ideas más claras. Aquel niño despreocupado no lo es tanto, viéndose capaz de asumir responsabilidades. Lo que antes era un viva la vida, con el brasileño es un disfruta pero con cabeza. Sin embargo, en la plantilla blanca de la temporada pasada sólo estaba él en esa demarcación. Sí que había otros que podrían ocupar su plaza en el tapete, pero que la interpretaran con suma suficiencia, solo el brasileño. Tal es la importancia del ‘5’ en el Real Madrid, que es la única posición que la temporada pasada no estaba doblada.

Kanté, Sissoko o Pogba son algunos de los nombres que han sonado durante este mercado de verano para reforzar el pivote defensivo en Chamartín. La realidad es cruda. Ninguno de los tres es un ‘5’ clásico. Situarlos en esa posición sería un experimento algo atrevido. Sus condiciones físicas son innegables, pero esa posición requiere una inteligencia táctica por encima de la media, y una capacidad de autocontrol para no perder la posición, impactante.

Marcos Llorente es uno de esos futbolistas a los que el filial ya se veía la temporada pasada que se le quedaba muy pequeño. Resaltaba. Era un hombre junto a niños. Dotes de líder y una capacidad de hacer jugar al equipo deslumbrante. Tácticamente más que notable. Llegó a debutar con el primer equipo. Ante el PSG, esta pretemporada, ya ha dejado encandilados a todos los aficionados blancos. 45 minutos le han bastado. Una actuación encomiable. Sólo era un amistoso, pero lo demostrado pide a gritos una oportunidad en lo oficial. El canterano hizo señales de humo sobre el tapete que llegaron a vislumbrarse desde Concha Espina. Está más que preparado para suplir y pelear con Casemiro. Mientras tanto, la cúpula blanca y Zidane se preguntan lo mismo: ¿Y sí el cinco del futuro está en casa?

Estudiante de periodismo en la Universitat Rovira i Virgili. Intentando hacerme un hueco en esta profesión de ensueño. Palabra a palabra, texto a texto.

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