Parecía muy inferior el Real Madrid de Vanderlei Luxemburgo frente al FC Barcelona de Fran Rijkaard. Ese año los azulgranas ganaron la Liga con un fútbol que los culés no soñaban desde tiempos de Cruyff. Se llegó a hablar del equipo de Deco, Ronaldinho, Giuly, Eto’o y compañía como el mejor de su historia -hasta que apareció el Barça de Messi y Guardiola-. Enfrente, un Madrid alicaído, con el tercer entrenador en una temporada -Camacho, García Remón y ahora Luxemburgo– y envuelto en feroces críticas hacia la política de fichajes que había convertido al Bernabéu en la casa de los galácticos.
Si el Madrid quería tener alguna oportunidad de ganar el título, tenía que vencer a un Barça imparable, que le sacaba nueve puntos, que contaba con los jugadores más en forma del mundo y que sólo había encajado la mita de derrotas que los blancos en la temporada -21 victorias en 30 partidos-. Sin embargo, el Madrid jugó con más coraje que fútbol y se lanzó a la yugular azulgrana de tal forma, que en menos de veinte minutos ganaba 2-0 con goles de Zidane y Ronaldo. Eto’o recortó distancias, pero Raúl, con la cabeza ensangrentada tras un choque con Puyol, puso el 3-1 al filo del descanso. Owen agrandó el festival firmando el cuarto y Ronaldinho no faltó a su cita a trece del final.
El Clásico lo ganó el Madrid por orgullo, pero perdió la Liga de todas formas ante un equipo casi incontestable. El espectáculo fue tal que el partido fue llevado a la gran pantalla siendo el epicentro de ‘Real, la película’, un documental dirigido por Borja Manso. Ojalá el Madrid-Barça de este sábado también lo sea.
Alicante, 1991. Mi madre siempre me decía: "No sé por qué lloras por el fútbol, sino te da de comer". Desde entonces lucho por ser periodista deportivo, para vivir de mis pasiones (y llevarle un poco la contraria).
