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Fútbol Internacional

El partido que tuvo absolutamente de todo

No era el partido de la jornada, ni siquiera tenía grandes flashes en la previa, pero lo vivido en White Hart Lane no defraudó ni a conocidos, ni a extraños. Tanto presentes como los que vivieron el choque desde sus hogares descubrieron un sabroso menú de fútbol inesperado que muy pocos olvidarán.

Londres acogería el Tottenham-Asteras correspondiente a la tercera jornada de la Europa League sin gran expectación, con un conjunto Spur favorito a llevarse los tres puntos del encuentro y con clima que llamaba claramente al triunfo local para, además, que sirviese de refuerzo moral.

El partido tendría de todo, o prácticamente de todo. Goles, expulsiones y situaciones curiosas varias que supusieron la comidilla del post-partido, tanto a nivel doméstico como en los programas internacionales.

Un protagonista absoluto, para bien o para mal, con permiso de Erik Lamela. El delantero inglés del Tottenham, Harry Kane, se llevaría gran parte de los titulares. A nivel deportivo, una gran actuación, ya que 3 de los 5 goles que lograron los del Lane fueron suyos. Un hat-trick a nivel europeo que le convirtió en un protagonista total. Pero no quedaría ahí, y para mal suyo, tampoco se hablaría tanto como merecería.

En el minuto 87 el portero francés Hugo Lloris fue expulsado con roja directa por salir del área y derribar a un rival. El Tottenham había realizado todos los cambios y fue su compañero Kane, quien ya había sido protagonista por sus 3 goles, se puso los guantes para defender la portería durante los últimos suspiros del choque. Y fue más protagonista todavía, ya que la falta que había provocado la expulsión acabaría en gol, y no de cualquier forma. Kane bajo palos, sin ser portero, lograba hacerse con el balón, pero éste acabó escapando y colocando el 5-1 en el marcador. Había fallado, sí, pese a no ser su posición habitual.

Aquella anécdota hizo, de forma directa o indirecta, que no se hablara de su magistral actuación con 3 goles, sino que todos hablarían de su faceta como portero, y de su error (vergonzoso si hubiese sido, por ejemplo, de Lloris).

 

Pero antes White Hart Lane había explotado en júbilo, había vivido en sus venas el éxtasis de haber presenciado in situ uno de los mejores goles del año, una auténtica obra de arte. El argentino Erik Lamela lograba un golazo de bella factura que, sin duda, tiene muchas papeletas de ser el mejor del torneo. Un balón suelto en la frontal del área fue golpeado por Lamela de rabona logrando así una maravilla absoluta que hizo dejar en shock incluso a sus propios compañeros, que miraban atónito aquello que habían visto.

La realización mostró la reacción, incluso, de su técnico, Mauricio Pochettino, quien de forma sorprendente ni se inmutó. Los periodistas presentes en el estadio le preguntaron en rueda de prensa la causa, y él, tranquilamente, contestó que «sólo expreso mis emociones en casa, y en la cama».

Un partido que a priori parecía claro, con pronóstico sencillo para los videntes, pero que dejó 6 goles, una obra de arte en forma de rabona de Erik Lamela, un hat-trick del joven Harry Kane, quien además se vería obligado a ponerse de portero, cometiendo un fallo. De todo. Un partido que no defraudó, que entretuvo a conocidos y extraños, y que dejó multitud de detalles (mejores o peores) dignos de un torneo de máximo nivel como es la Europa League.

Valencia, 1989. Productor Audiovisual. Cultura y fútbol Brit como forma de vida. Intento ir más allá de lo que veo. Tengo mucho que aprender, y es maravilloso.

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