Hay poco espacio para la sorpresa. Si no hay lesiones de por medio, parece claro que los tres porteros elegidos por Roberto Mancini para la próxima Eurocopa serán Salvatore Sirigu (32), Gianluigi Donnarumma (20) y Alex Meret (22). Sin duda, los tres mejores guardametas italianos del momento, tres arqueros de un nivel actual más que notable y que no destacan especialmente uno por encima de los otros dos, al menos en este momento. Por tanto, cualquiera de ellos puede aspirar perfectamente a hacerse con la titularidad bajo los palos de la Azzurra de cara al próximo gran torneo de selecciones. Una cita muy esperada en Italia después del batacazo del pasado Mundial y de los fantásticos resultados cosechados por el actual cuerpo técnico en la fase de clasificación recientemente concluida. La pregunta es clara: ¿quién se lo merece más? ¿Cuál de los tres está cuajando una mejor temporada para hacerse finalmente con el número uno de la selección italiana? ¿Quién de ellos se impondrá como el primer relevo estable de la hegemonía histórica de Gigi Buffon?
Si atendemos a la proyección de
futuro, la batalla se reduciría a una competitividad reducida a dos nombres,
pero si nos centramos en el nivel sostenido en los últimos tiempos, en la
ascendencia sobre los resultados de su equipo, en la sobriedad de su figura
bajo los palos, en la sensación de seguridad, veteranía y liderazgo transmitida
y en la capacidad para sacar manos milagrosas que mantengan a su equipo en el
partido con una asombrosa regularidad, el puesto debería ser para Salvatore
Sirigu, a quien su nombre de pila le viene que ni pintado. Desde su llegada al
Torino hace ya más de dos temporadas y especialmente desde la mitad del curso
pasado en adelante, el portero sardo ha mejorado mucho la puntualidad de sus apariciones
decisivas, hasta el punto de convertirse junto a Handanovic en el portero más
determinante del Calcio actualmente, si extendemos la foto a las últimas dos
campañas y a la presente en su conjunto.
Comparado con sus dos jóvenes
contrincantes por el puesto de titular de la Nazionale, el meta del
Toro, que está teniendo más trabajo del habitual debido a los problemas
colectivos de los de Mazzarri, es el que cuenta en la actual temporada
2019/2020 con un mejor porcentaje de paradas por cada tiro a puerta recibido
(77.1%), por el prácticamente idéntico entre sí de Donnarumma (68.7%) y de
Meret (68.6%), a quien sin duda afecta estadísticamente los siete goles
encajados por el Napoli en sus dos primeros partidos de la Serie A. Un tanto
por ciento compartido que está por debajo de la media de la Serie A, por
supuesto también por debajo de su calidad y que por fuerza deben mejorar a
medida que avance la temporada. En esa misma línea, Sirigu es asimismo el que
más paradas realiza por cada tanto recibido, con 3.18 intervenciones por gol
encajado, por las 2.20 del rossonero y las 2.00 del napolitano, y el que
más apariciones lleva a cabo en cada partido, con 4.5 paradas, por las 3 de
Donnarumma y Meret. Si bien es cierto que los sistemas defensivos del Milan y
del Napoli están permitiendo aproximadamente 1.5 tiros a puerta menos por
encuentro que los que recibe el Torino. Sin embargo, los goles recibidos por
cada uno de ellos son bastante similares.
Es ahí donde seguramente mejor se
puede ver el impacto de cada uno de ellos en su equipo y en el día a día en la
Serie A: en la diferencia entre los goles esperados en contra (xGA), es decir
la cantidad probable de goles que generan las ocasiones del rival, y los goles
realmente encajados. Es cierto que esta estadística no es la panacea, ya que se
cuentan todos los remates del rival, incluidos aquellos que se marchan lejos de
los tres palos, pero es una referencia bastante fiable. Y Sirigu vuelve a
resultar ganador con un cierto margen de diferencia. El meta del Torino está
recibiendo hasta el momento 1.42 goles por partido, mientras que sus oponentes
le están generando al Torino 1.65xGA, por lo que el sardo está evitando 0.23
por goles por partido de entre los que el rival debería anotar por probabilidad
de gol en el grado de peligro de sus oportunidades. Un bagaje que nos
conduciría a una diferencia a su favor de casi tres goles evitados en doce
jornadas de entre los que el cuadro granata debería haber encajado. Por
su parte, Donnarumma (-0.07 ente xGA y goles reales recibidos) y Meret (-0.01
en el mismo cálculo) apenas sacan diferencias en este aspecto y mantienen a su
equipo, cuando ellos están en el campo, con prácticamente el mismo número de
goles recibidos que la cifra de los goles esperados en contra.
Pese a los 70 disparos entre palos a los que ha tenido que hacer frente en lo que llevamos de competición, Sirigu es un portero que se hace muy grande en su propia área y que domina el punto de penalti con una seguridad aún superior a la de sus dos prometedores colegas. Meret, por su parte, destaca especialmente por sus reflejos y por su capacidad de reacción cuando tiene que cubrir espacios rápidamente con el delantero muy cerca de su posición, aunque debe separarse más de la falsa seguridad que le da la línea de gol en los balones por alto para así dominar con una mayor solidez su área. Por otro lado, ‘Gigio’, que ha mejorado mucho últimamente los problemas que tenía en cuanto a solvencia por arriba pese a su gran altura en sus primeros años, sobresale por su fantástica envergadura para llegar a los ángulos y por la inmensa cantidad de portería que ocupa. De hecho, el 55% de las intervenciones del guardameta granata y el 53% de las del portero milanistallegan a disparos ejecutados desde dentro del área grande, mientras que ese porcentaje se reduce al 46% en el caso de Meret, que es, en cambio, el más destacado de los tres en las intervenciones en el área pequeña y también ante disparos que llegan desde más allá de la frontal por su mayor agilidad y plasticidad corporal y su mayor capacidad salir por abajo y lanzarse con velocidad a los pies del rival.
Además, Meret es el que mejor promedio de cleen sheets tiene, con tres roscos en su marcador en los ocho partidos jugados hasta la fecha. Las mismas porterías a cero que Donnarumma, aunque en 11 encuentros, y una más que Sirigu, que ha disputado las 12 fechas. El del Napoli todavía presenta algunas lagunas en forma de errores vistosos que están lastrando una mayor regularidad en su rendimiento, pero es el más completo de los tres y también el que presenta una lista de atributos que se ajustan más al prototipo de portero contemporáneo. Su juego de pies destaca por encima de sus dos compatriotas y ha mejorado mucho por las exigencias tácticas que ha enfrentado con éxito al pasar del juego más directo de la SPAL al mucho más elaborado que realiza el Napoli. Aunque es el que menos interviene de los tres, ya que su equipo pasa más tiempo con la posesión lejos de sus inmediaciones, Meret tiene un 78.6% de acierto en pase, mientras que Sirigu (64.3%) y Donnarumma (68.9%) ni siquiera logran acercarse a esas cifras de precisión con el balón en los pies. El meta del conjunto dirigido por Ancelotti es también el más acostumbrado a jugar el balón hacia compañeros situados a pocos metros. Hasta un 72% de sus pases son en corto, frente al 32% de Salvatore y el 50% de ‘Gigio’. Sin embargo, el friulano tiene un gran campo de mejora en su desplazamiento en largo, ya que solo uno de cada cuatro envíos encuentra un destinatario de su propio equipo. Un porcentaje en el que Donnarumma pasa del 40% y en el que Sirigu alcanza actualmente el 50%.
En el caso del cancerbero del Torino, a sus casi 33 años, seguramente su gran déficit actual sea la ausencia de una gran agilidad para “volar” hacia los palos y para realizar grandes estiradas a balones extremadamente ajustados, aunque su capacidad reactiva sigue prácticamente intacta, al nivel de los mejores días de su carrera. ‘Gigio’, por su parte, tiene su gran asignatura pendiente en los blocajes, quizá la más preocupante de todas las carencias mencionadas en cada uno de los tres grandes porteros italianos. El ’99’ del Milan es un portero que despeja demasiado, que deja muchos balones sin atrapar, que le gusta en exceso alejar el cuero con los puños y que, por tanto, concede segundas oportunidades al rival, muchas de ellas innecesarias. Es precisamente en ese aspecto donde está el escalón principal que le falta por subir para consagrarse como uno de los cinco o diez mejores arqueros del mundo después de su fulgurante y precoz aparición en la élite siendo un adolescente. De hecho, es el segundo portero más “despejador” de la presente Serie A y el tercero de las cinco grandes ligas, tan solo por detrás del ‘Pichu’ Cuéllar (2.5) y de Jesse Joronen (1.9), del Brescia, con hasta 1.8 pelotas despejadas por partido, por las exiguas 0.5 de Sirigu y las 0.4 de Meret, respectivamente.
A pesar de sus diferencias en
tantos aspectos, Meret, Sirigu y Donnarumma también comparten algunos
atributos. Los tres son guardametas de una planta envidiable (190 cm, 192 cm y
196 cm, respectivamente), paradores, con el talento y la estrella suficientes
como para erigirse en decisivos en los momentos críticos y comparten una
especial intuición para los lanzamientos de penalti. Una especialización
bastante significativa en el caso de los dos últimos y muy a tener en cuenta en
torneos cortos como la próxima Eurocopa. En los 19 partidos dirigidos de la Nazionale
hasta el momento, Roberto Mancini ha utilizado como titular a Donnarumma en
once de ellos, incluyendo además la mayoría de los duelos más importantes, a
Sirigu en siete y en uno a Mattia Perin. Meret, el único zurdo de los tres, ha
tenido que esperar hasta el reciente y último partido de la fase de
clasificación para debutar con la absoluta en el último cuarto de hora de la
goleada ante Armenia. Una muestra que deja bastante claro quién parte como el
máximo favorito del seleccionador italiano para hacerse con el puesto. Sin
embargo, la elección definitiva no está en absoluto tomada y dependerá
totalmente de su rendimiento individual en la segunda mitad de la temporada en
el Calcio. Los tres tienen virtudes muy valiosas y el nivel global necesario
como para ser el portero titular de Italia en la EURO, pero solo hay sitio para
uno. Solo hay sitio para el número uno. Y tienen seis meses por delante para
demostrar cuál de ellos es el mejor.