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Fútbol Español

El lado oscuro de la jornada 28 de Liga

Infierno. El Sporting se asoma un poco más a las llamas. Ante el Athletic la afición pensaba más en el arbitraje que en el partido en sí, y los bilbaínos dominaron el encuentro de principio a fin. Un empate o un triunfo era utópico a pesar de lo corto del resultado. Una nueva decepción que deja a los de Abelardo penúltimos y con la soga en el cuello.

Penumbra. El Rayo fue una sombra en Cornellá y eso que estuvo a punto de llevarse un punto en el único tiro a puerta que tuvo. El Espanyol fue mejor y tuvo hasta ocho ocasiones claras, pero la falta de puntería no le permitió llevarse un resultado más amplio. Al final, los de Paco Jémez se llevaron una derrota que merecían y que les deja al borde del descenso. Perder ante rivales directos puede mandarles directos a Segunda.

Tormenta. El Deportivo se ha empeñado en no ganar. Y eso que logró remontar un 1-2 al Málaga, pero acabó empatando en el descuento y con ello otra jornada más y un 2016 negro. Lejos queda aquel equipo que aspiraba a Europa. La espiral negativa en la que se han metido los coruñeses está provocando dolores de cabeza a Víctor Sánchez. ¿Cuándo volverán a cantar ‘Victoria’?

Real CD Espanyol v Real Sociedad de Futbol - La Liga

El gatillazo. Lucas Pérez y Burgui pelean seriamente por un puesto entre los fallos más clamorosos de la Liga. El primero enfiló a Kameni, trató de batirle por bajo pero el camerunés cerró las piernas. En el rechace, Lucas se quedó solo, con la portería vacía y dos defensas bajo palos, con la mala fortuna de que su remate pegó en uno de ellos. Quizá la del jugador perico fue todavía peor. En una contra de vértigo iniciado por él mismo, el ex de Castilla lo tenía todo para marcar ante Rubén Blanco, pero su disparo, incomprensiblemente, se marchó muy desviado. Un drama.

El ‘malo’ de la película. Lo contábamos antes. Cuando parecía que el Deportivo iba a ganar su primer partido en los tres últimos meses, el Málaga logró el tanto del empate en las puertas del descuento. Tal fue la mala suerte que fue Arribas, central deportivista, quien se metió el tanto en propia con un excelente cabezazo.

Alicante, 1991. Mi madre siempre me decía: "No sé por qué lloras por el fútbol, sino te da de comer". Desde entonces lucho por ser periodista deportivo, para vivir de mis pasiones (y llevarle un poco la contraria).

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