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El heroísmo de Del Potro

El argentino Juan Martín del Potro protagonizó hoy una remontada heroica al levantar dos match points y una desventaja de dos sets para vencer al austríaco Dominic Thiem y clasificarse así para los cuartos de final del Open de Estados Unidos.

A pesar de la gripe que lo afectó al inicio del partido, Del Potro se impuso al sexto favorito por 1-6, 2-6, 6-1, 7-6 (7-1) y 6-4 en tres horas y 35 minutos de juego.

Del Potro, 24º favorito, amaneció con fiebre, por un fuerte estado gripal, y con un orzuelo en el ojo. Esos inconvenientes lo afectaron de manera notable en su juego, situación que quedó expuesta desde el primer game y lo llevó a quedar dos sets abajo muy rápido.

«Me costó tomar la decisión de jugar y durante el partido pensé en abandonar. Era una decisión difícil, porque es mi torneo favorito, había mucha expectativa de la gente, pero realmente no me sentía nada bien», explicó Del Potro.

Sin embargo, a partir del tercer parcial, cambió la historia y Del Potro, campeón de 2009, protagonizó la segunda remontada a cinco sets de su carrera, después de la que había logrado en la final de la Copa Davis ante el croata Marin Cilic. Además, sumó su tercer triunfo sin derrotas ante Thiem.

«Muchas gracias por el apoyo que me dieron, que me sirvió para no rendirme y para no abandonar. Este partido lo voy a recordar por siempre», dijo en castellano Del Potro, ante un eufórico público en el Grandstand, que todavía no daba crédito de lo que había vivido. Segundos antes, había reclamado un trofeo de campeón, cuando lo consultaron si estaba más emocionado por este triunfo que por aquella victoria en la final ante Roger Federer.

Es que nadie lo hubiese imaginado dos horas y media antes, cuando había transcurrido todo el primer set y parte del segundo sin que el ex número cuatro del mundo pudiera conectar su primer winner.

Sin fuerza, Del Potro no lastimaba ni con el saque ni con su derecha. Y cuando intentaba soltar el brazo, lo hacía de forma descontrolada y cometía equivocaciones. Así acumuló 30 errores no forzados en los dos primeros sets, contra cinco tiros ganadores

«No era nada favorable el cuadro, pero me empezaron a hacer efecto los analgésicos y los antibióticos, mi juego evolucionó y la gente me empezó a dar mucha energía», reconoció el ex número cuatro del mundo.

El sol de Nueva York comenzó a bajar y los medicamentos que le suministraron al campeón de 2009 sobre el final del primer set comenzaron a surtir efecto. Además, Thiem se desconcentró frente a lo sencillo que iba el desarrollo, y el tercer parcial tuvo un trámite totalmente diferente. El que parecía afectado era el austríaco, que cedió el parcial por 6-1.

«En ese momento quería terminar el partido, la sensación iba más por ese rumbo que a otra cosa, pero empecé a meter ‘winners’ y se dio lo que se dio. La gente esperaba más tenis, esperaba mi derecha. Entonces empecé a disfrutar con la gente y los hinchas empezaron a disfrutar conmigo», dijo Del Potro.

El cuarto ya fue otra historia, más parecido a lo esperado. Del Potro, ya recuperado; y Thiem, en su verdadero nivel. El argentino se adelantó con un quiebre rápido, pero el número siete del mundo recuperó su mejor versión, con tiros ganadores y mucha movilidad para contrarrestar la potencia del argentino.

Dos breaks consecutivos del austríaco le dieron una ventaja de 5-2 que parecía decisiva. Pero Del Potro no se rindió, recuperó un servicio pese a que Thiem sacó 30-0 e igualó el marcador 5-5. Claro que a Del Potro todavía le quedaba superar otra complicación, ya que en su siguiente turno de saque debió afrontar dos match points, que los levantó con sendos aces. En el tie break, confiado y dominante, no tuvo problemas para ganarlo y ponerse 2-2.

El quinto set fue pura emoción, con los aficionados argentinos metidos en el juego y dándole fuerzas a su jugador. Cada uno mantuvo su saque hasta el noveno game, aunque el austríaco tuvo que solventar tres bolas de break en el 3-2.

Hasta que en el décimo game llegó la definición, con suspenso y mediante el Ojo del Halcón. En su segundo punto de partido, Del Potro vio a través de la pantalla gigante como un segundo servicio de Thiem salió fuera por poco y celebró una victoria increíble. Levantó los brazos, miró el cielo durante varios segundos y escuchó una ovación inolvidable.

«Fueron la cabeza y el corazón, pero primero el tenis me ayudó a poner el corazón y después la cabeza me hizo mantener la mente fría. Fue la combinación de varias cosas», sostuvo el argentino, que como premio chocará con Roger Federer, como en la final de 2009.

Como el año pasado, ya está en los cuartos de final y se unió a su compatriota Diego Schwartzman, que mañana buscará la semifinal ante el español Pablo Carreño.

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