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El hambre y los zapatos

El cambio de paradigma se
confirma. El Betis ha variado su estructura a fin de alejar los errores propios
a la hora de ejecutar la salida. En sus dos partidos como verdiblanco, Marc
Bartra ha realizado más envíos de larga distancia que Antonio Adán y
con sus 9.5 pases largos por encuentro, se ha situado en números propios de
jugadores como Yeray Álvarez e Íñigo Martínez en el Athletic
Club, o de Anaitz Arbilla en el Eibar. Los dos equipos con la
fase de inicio de juego más directa de toda La Liga y que mayor número de veces
por partido utilizan este tipo de recursos.

Desde la llegada del central
catalán, el Betis está saltándose voluntaria y frecuentemente ese primer
escalón a través, principalmente, del propio Bartra, permitiéndose de este
modo asentarse en campo contrario tal y como siempre ha querido, aunque sea a
costa de sacrificar buena parte de sus primigenias intenciones de construir
todo desde la misma base. Al mismo tiempo, con los tres centrales, el equipo
queda más protegido ante una pérdida de balón temprana. No es casualidad, como
casi nada en el fútbol y en la vida, que en los dos últimos encuentros solo
haya recibido un gol en contra y, pese a que no ha erradicado ni ha dejado de
sufrir los aguijonazos del rival en forma de contragolpes, estas pérdidas sí
se están produciendo varios metros más adelante y, por ello, se está
minimizando el peligro de la transición y de la presión adelantada del
adversario.

El equipo de Quique Setién,
todavía inconstante y aún no del todo consistente con su nueva forma, está
pasando a dominar en campo contrario a costa de dejar de hacerlo a través de la
pulcritud en la salida y de defenderse de una forma más efectiva con la pelota
y, asimismo, está potenciando sobremanera, a través de ese juego más directo,
las recepciones directas de Joaquín u orientando sus envíos largos hacia
el costado en el que el 17, como se vio en Riazor, se desenvuelve a pie
cambiado en busca de multiplicar las opciones exteriores, de trazar la diagonal
en conducción hacia el interior, de poner el centro al área o animarse con el
disparo, de buscar la pared con Fabián en la zona del mediapunta, etc.

En definitiva, Joaquín está
amenazando, bajo este nuevo contexto, con ser más que nunca el decisor, el
armador de juego en la penúltima o la última instancia de la acción ofensiva
en este tipo de ataques más posicionales, el gran dinamizador dentro de ese
nuevo formato que está poniendo en funcionamiento el Betis en esta fase de la
competición: el de asentarse en la mitad rival de una forma quizá más
rudimentaria para, una vez allí, comenzar a ejecutar la circulación marca de la
casa de un lado a otro en busca de los espacios para asociarse en corto y
lograr profundizar, para atosigar con ella al rival contra los propios límites
de su área.

En este sentido, más allá de los
puntuales movimientos fuera del área de Loren y de su capacidad para
fijar marcas y liberar metros por detrás de su posición y pese a que los
carrileros tienen que dar mucho más de sí y ser mucho más incisivos de lo visto
hasta el momento para que el 5-3-2 continúe carburando; Joaquín puede
erigirse -y ya ha comenzado a hacerlo desde esa posición de falso interior
zurdo con amplísima libertad- en la figura que ponga a funcionar en tres
cuartos de campo todo el nuevo armazón ofensivo, a través del manejo del tempo
con el reloj de la experiencia en mano y también, a través de su desequilibrio
de toda la vida, mientras sigue colocando más y más argumentos a su mejor temporada desde que regresó
al club.

Joaquín, el jugador de campo con
más minutos de la plantilla verdiblanca, el líder dentro y fuera del verde y el
claro comandante del estilo para su entrenador; es el décimo futbolista de
toda La Liga por número de regates totales completados en lo que llevamos de
curso y completó en A Coruña siete de los ochos regates que intentó.
Una cifra de regates exitosos en un solo partido, enfatizada a través de la
nueva disposición táctica y de la respuesta que esta exige y potencia a partes
iguales del 17 verdiblanco; que solamente ha sido superada por cinco
futbolistas en lo que llevamos de Liga: Messi (3), Iniesta (1) Viera (1), Inui
(1) y Joaquín Correa (1).

Narra Primo Levi en ‘La tregua’,
cómo aprendió en los primeros meses de posguerra, cómo le enseñaron más bien,
que en tales circunstancias había que pensar en tener zapatos mucho antes que
en saciar el hambre, ya que quien tuviese zapatos podría salir en busca de
comida y recorrer kilómetros a través del gélido terreno en busca del escaso y
preciado alimento, podría pensar en algo más allá del mero hecho de sobrevivir.
Este Betis es el hambre que por fin quiere ser saciada. El señor Joaquín
Sánchez, más de tres lustros
después de iluminar al fútbol español a base de desequilibrio en vena y a
sus cada vez más cercanos 37 años, sigue
siendo los zapatos. 

Sevilla. Periodista | #FVCG | Calcio en @SpheraSports | @ug_football | De portero melenudo, defensa leñero, trequartista de clase y delantero canchero

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