Lionel Messi tuvo una gran iniciativa para su boda. El argentino, que puede acceder a todos los bienes materiales que desee, pidió a sus invitados que hicieran una donación a la ONG Techo, una organización que crea hogares para gente sin recursos. Hace unos días se conocía la cifra que se consiguió recaudar, 9.500 euros, que da una media de 43,45 euros por invitado. Cualquier trabajador con un sueldo paupérrimo se deja un mínimo de 100 euros en cualquier boda a la que sea invitado. La indignación en Argentina fue todavía mayor al conocerse que Piqué perdió esa noche 15.000 euros jugando al póker. Algo similar ocurrió con el reto del Ice Bucket Challenge,muchos futbolistas lo realizaban pero pocos donaban, aunque la protesta de las asociaciones hicieron que esta situación cambiara un poco. Esto, unido a los problemas fiscales de muchos jugadores, hacen que desprendan cierta imagen de frivolidad hacia una sociedad que tiene problemas para subsistir en muchos casos.
A pesar de ello, muchos futbolistas colaboran y hacen grandes laborales sociales. La última corre a cargo del jugador del Manchester United, Juan Mata. De Mata como futbolista poco se puede añadir, sin duda uno de los mejores jugadores de nuestro fútbol. Pero Mata destaca también como persona. Mata es de esos «jugadores extraños» que disfrutan de la buena música y de una buena lectura, mientras se sacan dos carreras a la vez.
Mata además tiene una visión bastante realista de la vida, dejándonos declaraciones como esta «Por respeto al resto de la sociedad, ganamos demasiado. Los futbolistas viven en una burbuja alejados de los problemas reales». Quizás por todo esto Mata haya impulsado una de las iniciativas más interesantes de los últimos años, Common Goal. Esta iniciativa es tan sencilla como donar el 1% de los ingresos del fútbol para el desarrollo social. Imaginémonos que los mejores jugadores se unan a esta iniciativa y todo lo que se podría recaudar. Así que solo queda aplaudir esta iniciativa y esperar que más jugadores sigan su ejemplo, porque el fútbol necesita más gente como Mata.