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El arte de vivir intensamente de Yogi Berra

Cualquiera podría pensar que una vida es demasiado corta para haber participado en la Segunda Guerra Mundial, ser el jugador con más títulos mundiales de la historia del béisbol americano, triunfar como entrenador en dicho deporte, convertirse en un icono de la cultura popular y dar nombre a un famoso dibujo animado. Sin embargo, Lawrence Peter ‘Yogi’ Berra logró hacer todo eso a lo largo de sus noventa años de vida. Una vida llena de éxitos que merece la pena conocer.

Nacido en 1925 en Misuri, Peter Berra, hijo de inmigrantes italianos, fue el cuarto de una familia de cinco hermanos. Amante del béisbol y no muy buen estudiante, su vida pudo haber sido muy diferente si, como parecía que iba a suceder, en 1942 ficha por los Cardigans de San Luis. Sin embargo, aparecieron en escena los New York Yankees. Sin ser realmente conocedores del talento de Peter, decidieron ficharle a cambio de 500$. Eran los Yankees y podían hacerlo.

A la edad de 18 años y antes de debutar como jugador de los Yanks, se alistó en la marina estadounidense. Aquella época era bastante convulsa y Peter pudo ser testigo de primera mano de ello. Participó en la Segunda Guerra Mundial, más concretamente en el Desembarco de Normandía, uno de los sucesos más relevantes del mayor conflicto bélico de la historia. Fue uno de los supervivientes de la matanza de Omaha y volvió, ya con la guerra acabada, a Nueva York en el año 1945.

De nuevo en América, volvió a jugar al béisbol. Sin haber hecho aún su debut oficial con los Yankees, los Giants se interesaron por él. Sin embargo, en otro jugada maestra del equipo del Bronx, retuvieron a aquel chico aun sin saber realmente quién era. En 1946, por fin, hizo su debut oficial con el equipo y en 1949 ya era el receptor titular. Comenzaba así a fraguarse una carrera llena de éxitos.

Nombrado mejor jugador americano en 1951, 1954 y 1955, se convirtió en el jugador con más Series Mundiales de la historia del béisbol: 10. Fueron 18 las temporadas que jugó en el New York Yankees, ayudando a su equipo en 14 ocasiones a llegar a las Series Mundiales. En sus primeros años llegó incluso a coincidir con otra leyenda de este deporte: Joe DiMaggio.

Tras retirarse en 1965, demostró tener aptitudes para ser un buen mánager. Fue entrenador del equipo de toda su vida y de los Mets, además de dirigir a los Houstos Astros. Dirigiendo a los dos equipos de la ciudad de Nueva York logró numerosos títulos, aumentando así su leyenda. Sin embargo, en 1985 fue despedido como mánager de los Yankees por un enfrentamiento con el dueño. Yogi Berra prometió no volver al estadio mientras George Steinbrenner siguiera siendo el dueño. Tuvieron que pasar 14 años para que Peter cediese y volviera a la que había sido su casa, esta vez para hacer el lanzamiento de honor.

Yogi Berra también pasará a la historia por ser el que dio nombre al famoso Oso Yogui (Yogi Bear en inglés). Su forma de ser, tranquilo y entrañable, además de su gran sentido del humor inspiraron a los creadores del famoso dibujo animado. Fue precisamente su carácter el que le convirtió en un icono de la cultura popular. Sus declaraciones fueron tantas y tan memorables que incluso se sacó un libro recopilando los denominados ‘yogismos’.

-«Si no puedes imitarle, no le copies».
-«Corta la pizza en cuatro pedazos, no tengo tanta hambre como para comerme seis».
-«El béisbol es cuestión de cerebro en un 90 por ciento, la otra mitad es esfuerzo físico».
-«Ya nadie va a ese sitio, hay demasiada gente».
-«Se hace tarde muy temprano».
-«Hay que ir a los funerales de los demás, si no, no vendrán al tuyo».
-«Nunca hay que responder una carta anónima».
-«Hemos cometido demasiados errores incorrectos».
-«No se acaba hasta que se acaba».
-«Yo no he dicho todo lo que he dicho».

Yogi Berra, un genio.

El 22 de septiembre de 2015 murió por causas naturales a los noventa años. El deporte americano estaba de luto y el hombre que reflejaba en gran parte lo que era Estados Unidos fallecía. Aquel joven de Misuri que se había ganado un lugar privilegiado en el Salón de la Fama y en la cultura popular del país, dejaba tras de sí una leyenda digna de ser recordada.

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