El ángel del gol

En una temporada donde en verano se especulaba con la cesión de
Ángel Correa a la Real Sociedad, el argentino ha demostrado con
minutos que puede llegar a ser un gran jugador en este Atlético de
Madrid.

Las lesiones de
Carrasco y Gameiro a principio de temporada le abrieron un hueco en
la rotación rojiblanca, ya sea desde el banquillo o desde el inicio,
el argentino ha jugado todos los encuentros hasta la fecha. Correa
demandaba en verano continuidad a Simeone, y el técnico le ha dado
minutos y oportunidades para que brille.

Su juego, aún no
ha mostrado la madurez necesaria para el exigente alto nivel, está
llamado a ser ese jugador diferente que debe marcar diferencias, pero
sus elecciones, en ocasiones, distan lejanas de ser las correctas.
Además es el jugador con más pérdidas del equipo, se obceca
demasiado en buscar al rival. El talento está latente, se nota en
cada partido, pero sus decisiones distan en ocasiones del beneficio
del equipo.

Son 22 años, y
juega fuera de la posición donde brilló en Argentina. En la banda,
Simeone le pide un retorno y un balance elevado con un desgaste que
le puede hacer nublarse en las decisiones, en ocasiones resulta
frustrante ver que la jugada no mejora en sus botas, y pasa, sobre
todo, con equipos replegados, porque mientras haya sorpresa, metros y
las defensas reculan hacia su área, el argentino brilla, dribla,
asiste y golpea, pero esas situaciones en La Liga, apenas se dan,
salvo que haya rivales que suban sus líneas y tengan retornos de
decenas de metros a sus espaldas.

Bien es cierto,
que Correa ha corregido con respecto al año pasado, las pérdidas
absurdas se controlan poco a poco, su excesiva agresividad que le
costaba tarjeta en casi todos los encuentro el curso pasado se ha
modificado y solo ha sido sancionado en dos encuentros de los 22 que
ha disputado.

La faceta en la
que más está brillando Correa es en el gol, aportando más que
nunca, producto de su continuidad y mejora en los minutos de juego.
Su primer gol en la temporada fue el primero del equipo madrileño
cuando recortó distancias en Montilivi con un golazo desde fuera del
área.

En la siguiente
jornada abrió el marcador en Las Palmas con el gol más ‘estilo
Correa’ recibió dentro del área y con dos suaves toques de balón
se deshizo de tres marcadores amarillos para batir a Chichizola con
un disparo raso al palo largo de la portería local. En San Mamés
volvió a abrir el marcador, tercer gol de la temporada fuera de casa
que vino precedido por una gran maniobra de Griezmann que aprovechó
la llegada de Koke al área de Kepa que sirvió el gol en bandeja a
Ángel Correa para el 0-1.

Su primer gol en
el Wanda Metropolitano vino precedido de un pase de Griezmann en el
que un excelso control de Correa sirvió para generar ventaja ante
Jaume Costa y batir por el palo corto a Barbosa. De nuevo el gol
inicial que esta vez neutralizó Bacca en el marcador final.

En el día de
Reyes regaló en la fría mañana madrileña el primer gol del
encuentro mediado el primer tiempo con un suave toque con el exterior
de su pie derecho aprovechando un pase de Griezmann, que ha
contribuido en cuatro de los seis goles que lleva Ángel en la Liga.

Su última diana,
quizás la más difícil de todas, fue en el duelo directo que
enfrentaba al Atlético y al Valencia, un duelo de Champions que el
Atlético mereció ganar, por empuje, por ocasiones y porque fue el
único equipo que intentó marcar un gol en el Metropolitano de
Invernalia. Avanzaba el segundo tiempo cuando Correa recibió un pase
de Koke, una jugada en ciernes que acabó cuando Correa mandó el
balón a la escuadra de Neto Murara que poco pudo hacer para salvar
el obús.

Otro gol de
Correa, otro gol que abría el marcador, otro gol en el que marcaba
el primero del Atlético de Madrid. Mientras seguimos esperando al
genio decisivo del regate y el uno contra uno, nos deleita con goles
y golazos que hacen sumar. El presente es notable, el futuro
esperanzador.