REDACCIÓN – La FIFA ha hecho oficial esta tarde el castigo a Luis Suárez por morder a un rival en el último partido del Mundial contra Italia. El delantero uruguayo ha sido sancionado con nueve partidos oficiales de suspensión con la selección de Uruguay, a los que se añaden una inhabilitación adicional de cuatro meses para realizar cualquier actividad (administrativa, deportiva o cualquier otra) relacionada con el fútbol.
El martes, en el partido decisivo del grupo C entre Uruguay e Italia, que finalizó con victoria y clasificación para la siguiente ronda del Mundial del combinado sudamericano, Luis Suárez mordió en el hombro al central italiano Giorgio Chiellini. El árbitro no lo vio y no señaló nada punible, pero la FIFA ha entrado lógicamente de oficio para sancionar al jugador.
No es la primera vez que Suárez es sancionado por un episodio similar. En noviembre de 2010, cuando vestía la camiseta del Ajax, mordió a Otman Bakkal, jugador del PSV, en un partido de liga holandesa, y fue sancionado con siete partidos, más dos adicionales por parte de su club. En abril de 2013 reincidió, esta vez con el Liverpool, cuando mordió en el brazo al defensor del Chelsea Branislav Ivanovic, episodio que le costó otros diez partidos. Además, en 2011 ya recibió otros 8 partidos de sanción por insultos racistas contra el jugador francés del Manchester United Patrice Evra.
De este modo, Luis Suárez, que además deberá pagar una multa de 100.000 francos suizos (82.000 euros), queda excluido del partido de octavos de final del Mundial que enfrentará a su selección contra Colombia y de cualquier otro potencial partido durante el torneo. También se perderá la próxima Copa América. Además, no podrá entrar en un estadio de fútbol ni jugar con su club, el Liverpool, ningún partido hasta finales de octubre, perdiéndose el inicio de la liga inglesa y Champions League. Sin embargo, la FIFA ha confirmado que la inhabilitación no impediría un posible traspaso. De todos, modos una sanción ejemplar para un jugador reincidente.