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Días de vino y rosas

Decía Homer Simpson en una de las grandes frases de Los Simpson que el alcohol era la causa y la solución de todos los problemas. Y es que el alcohol nos ha hecho disfrutar a todos en algún momento, pero también vivir alguno de nuestros peores momentos. Esta bebida siempre ha estado muy ligada a los grandes genios de la historia, y así escritores, cantantes o actores han utilizado este elixir como la gasolina de su creatividad. Lo curioso es que esto no nos sorprende, incluso lo vemos como algo normal, pero esto cambia cuando se trata de un deportista, una persona a la que le presuponemos una moralidad impoluta. Cabría esperar que esto fuera así, pero no lo es, el alcohol ha estado presente en el mundo fútbol y en algunos casos se llevó la carrera y la vida de alguno de los grandes genios que vieron este deporte.


Comenzamos nuestro viaje por el lugar de la cuna del fútbol, Brasil. Allí nació el que para muchos es el mejor regateador de la historia del fútbol, Manuel Francisco dos Santos, más conocido como Garricha. Durante años sus regates endiablados hicieron feliz a un país al que brindó dos Mundiales. Ídolo del Botafogo, Garricha acumulaba hijos y romances tortuosos, mientras su carrera iba decayendo a la vez que aumentaba su pasión por el alcohol. Garrincha, que tenía un padre alcohólico, acabó siguiendo el mal ejemplo de su progenitor. Garrincha, que había sido el gran ídolo de todos, acabó sus días en la miseria y en el olvido, muriendo a los 49 años por un hígado al que el alcohol había machacado.

George Best, Manchester Utd
19.9.69
Daily Mail

Otro al que se llevó la bebida fue George Best. A los quince años la vida de Best cambiaría para siempre cuando conoció a los dos grandes amores de su vida, el alcohol y el Manchester United. Estos fueron los que marcaron su vida, uno le brindó una Copa de Europa y un Balón de Oro, el otro noches para el recuerdo, rodeado de las mujeres más hermosas del mundo. Fruto de ello surgieron sus dos frases más famosas «Gasté mucho dinero en coches, mujeres y alcohol, el resto los malgasté» y «En 1969 dejé las mujeres y la bebida, fueron los peores 20 minutos de mi vida». Después de irse de Manchester, Best se convirtió en un trotamundos del fútbol, el cual parecía convertirse en un hobby, pasando por Estados Unidos o Escocia, donde militó en el Hibernian de los chicos de Trainspotting. Best nunca abandonó sus problemas con la bebida, y en 2002 tuvo que recibir un transplante de higado. Curiosamente el alcohol no fue la causa principal de su muerte, ya que lo mató el mal uso de los fármacos que tuvo que tomar tras el transplante, pero sin duda el alcohol fue el causante de aquello. Triste fue aquel final, donde el quinto Beatle, el chico de la melena y los azules, aparecía demacrado en una cama de hospital y dejaba un mensaje duro y contundente: «No mueran como yo».

Volviendo a Brasil nos encontramos con uno de los fútbolistas más significativos dentro y fuera de un campo, Sócrates. Con nombre de filósofo, Sócrates fue un abanderado en la lucha contra la dictadura brasileña en su amado Corinthians al que democratizó junto a varios de sus compañeros. Todas las decisiones en el club se tomaban en consenso, algo realmente revolucionario que situó a Sócrates como un símbolo y uno de los fútbolistas de izquierdas más destacados. Sócrates, además, se sacó la carrera de medicina, algo inusual para un fútbolista de élite. Un hombre culto al que toda la vida le acompañó la bebida. «El que bebe cotidianamente es alcóholico», reconocía en una entrevista. Sócrates siempre había dicho que quería morir en un domingo y con el Corinthians campeón. Casualidades de la vida, tras dos intentos fallidos ese año, el alcohol a la tercera ganó a Sócrates, pero como si lo hubieran pactado de antemano, el Dóctor se fue un domingo con su Corinthians proclamándose campeón.

Uno que podría sumarse a esta triste lista es Paul Gascoigne. Gazza fue el gran ídolo del fútbol inglés a finales de los 80, culminándose con su gran actuación en el Mundial 90, donde Inglaterra cayó en unas dolorosas semifinales frente a Alemania. Gazza tuvo una infancia dura, donde perdió a su padre y a un amigo, lo que quizás ocasionó que empezara a buscar en el alcohol su refugio. Tras un paso pobre por Italia recuperó su mejor nivel en el Rangers escocés, que lo llevó a una Eurocopa 96 donde de nuevo brilló con la selección. Pero después de estos años de felicidad, volvió el declive para Gascoigne, una carrera desastrosa y una vida que se le iría de las manos una vez retirado, acumulando distintos episodios lamentables y mirando a la muerte a los ojos en más de una ocasión. Gazza ha visto demacrado su aspecto físico y pocos podrían decir que tiene tan solo 50 años al verlo. Todavía hoy en día sigue luchando día a día su partido más importante, el del alcoholismo, esperemos que Gazza consiga su victoria.

Por último volvemos a Brasil para recordar a Adriano. El Emperador maravilló a todos a los pocos minutos de debutar con el Inter en un amistoso en el Bernabeu donde marcó un golazo de falta. A pesar de ello, el Inter tardaría un tiempo en darle su oportunidad, pero cuando lo hizo empezó a brillar y muchos lo veían como el sucesor de Ronaldo. Adriano es un mito para toda esa generación que disfrutábamos de su disparo imparable en el Pro Evolution Soccer 6. Todo era perfecto para Adriano hasta que un día recibió una llamada que le cambió la vida. Provenía de Brasil y le decía que su padre había muerto. Adriano lanzó el teléfono y se puso a llorar, ahí empezo la caída del Emperador. Aunque Adriano siguió rindiendo un tiempo, intentó curar su depresión a base de alcohol y fiestas, que lo único que consiguieron fue destrozar su carrera. Como tantos otros abandonó el club que le vio brillar para iniciar una travesía por el desierto que lo llevo incluso a jugar y fracasar en Miami. Poco se sabe de su vida, se le ha visto por favelas y se le ha relacionado con bandas criminales, además parece que no ha abandonado su ritmo de vida y que sigue coqueteando con el alcohol. Adriano es el último de una saga de jugadores brillantes que vieron truncada su carrera por una adicción. Jugadores que lo tuvieron todo y lo acabaron perdiendo, que vivieron días de alegría y tristeza, días de fiesta y amargura, jugadores que vivieron aquellos días de vino y rosas. 

 

 

 

1990/ Estudiante de periodismo/ Santiago-Sevilla/ “El tipo puede cambiar de todo: de cara, de casa, de familia, de novia, de religión, de dios… pero hay una cosa que no puede cambiar… no puede cambiar de pasión.” (El secreto de sus ojos)

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