En la era pre internet, quizá la generación del ‘baby boom’ podía localizar las gestas del Levante Unión Deportiva a través del fugaz (pero muy intenso) paso de Johan Cruyff por el estadio Ciudad de Valencia, entonces Nou Estadi. Es cierto que tras él, y ya con la red a todo funcionamiento, nombres internacionales como Caicedo, Koné o Martins han transitado por la capital del Turia vestidos de azulgrana. Pero ninguno ha trascendido las fronteras mundiales como lo hizo ‘El flaco’.
Tiene, además, cierto sentido que el icono más recordado por la afición local sea Antonio Calpe. Al fin y al cabo, nació en casa, dio el salto al Real Madrid e hizo historia para la entidad vistiendo la camiseta de la selección española.
Pero son los azulgrana, pese a contar con el mayor número de años desde su fundación en la ciudad, como ellos mismos dicen ‘un lugar forjado en el yunque de la adversidad’. Que sabe lo que es transitar por terrenos de juego amateur, pero también incluso visitar canchas europeas en un sueño que pocos aficionados fieles podían siquiera soñar.
Es por ello que Cruyff, Calpe o más recientemente Campaña salpimentan el imaginario colectivo a través de la grandeza, pero la conciencia común es de club familiar. Donde casi todos los aficionados se conocen, sufren en compañía y disfrutan de los (hasta ahora) pocos años en que la Primera División les ha sido propicia.
De aquellos tiempos donde el recinto que alberga sus partidos como local estaba rodeado de huerta y no de centros comerciales sabe mucho el que hoy podría ser considerado uno de sus iconos. No solo por resultados, porque los números son evidentes. También por experiencia. Por sentimiento de pertenencia. Por humildad. Por conocimiento de la filosofía granota. Y por identificación con una tierra que le vio nacer y donde sigue residiendo en una de las localidades limítrofes con la capital.
Pase lo que pase en las próximas semanas, meses o incluso años, los números son difícilmente contestables. Y Paco López ha sido (quién sabe si momentánea o permanentemente) el técnico con un mayor porcentaje de triunfos conseguidos en los 110 años de historia. Una cifra totalmente coherente por tres razones: la idiosincrasia levantinista, la propia del técnico de Silla y el encuentro entre dos almas gemelas.
Tampoco es rebatible que, entre 500 futbolistas, 20 presidentes y otros 20 entrenadores, la productora encargada de lanzar en Amazon la segunda temporada de ‘Six Dreams’ le escogiera a él. Por su capacidad personal, por su metodología innovadora pero sobre todo por su trabajo al frente de un equipo que no deja de tener que pelear cada año por la permanencia. Aunque su crecimiento estructural fuera de los terrenos de juego apunte en otra dirección más ambiciosa.
Para alguien que como futbolista jugó en conjuntos como el Carcaixent, el Torrent, el Extremadura, el Hércules, el Castellón, el Real Murcia o el Benidorm, la autenticidad no es una postura impostada, sino natural. Más si cabe cuando en su paso por el Levante fue perfectamente consciente del lugar y la categoría en los que estaba, y aun así siempre fue más allá del cariño y la profesionalidad.
Asimismo, para una persona que sin prisas comenzó su carrera en los banquillos en las categorías de formación del Villarreal y pasó por nombres como Catarroja, Benidorm, Alcoyano, Cartagena y diversos filiales, el salto a la máxima categoría del balompié mundial le llegó ilusionado, sin duda. Pero también asentado personalmente y con una alta dosis de personalidad ya forjada.
Más allá de lo que consiga en esta etapa, ya hay algo que nunca va a cambiar: a través de sus palabras, su visión y sus resultados, Paco López ha llevado al Levante a todo el planeta a través de Amazon Prime. Con una imagen de sensatez, pero también de modernidad. De cercanía, pero también de ambición. Y de diálogo constante, pero también de toma de decisiones.
Así que, ocurra lo que ocurra en el futuro, Paco López debería elevarse en la entidad a la categoría de icono histórico. Porque pocos caracteres son tan coincidentes entre persona y club. Y porque apenas ninguno habrá conseguido recorrer casi un cuarto de su trayectoria de manera conjunta.
