Convertirse en hombre

El Sevilla FC ha vivido el siglo XXI erigiéndose como uno de
los clubes más prolíficos del mundo. El conjunto andaluz se ha hecho un hueco
entre los grandes de Europa por méritos propios. Los hispalenses han sido como
ese chaval guaperas de barrio que logra conquistar a toda la chica que se
proponga. Ese adolescente cuyas feromonas son algo así como un coctel molotov
de amor, pasión y éxtasis. Pero ha llegado el momento de madurar.

Todos tenemos recuerdos de nuestra adolescencia. Todos
recordamos esa época como una de las mejores de nuestras vidas. Cuando menos
responsabilidades teníamos. Cuando más libres nos sentíamos. Cuando creías que
todo lo que hacías rompía con lo establecido. Cuando crees que tienes el mundo
a tus pies. Así se ha sentido el Sevilla. Todo lo que ha sucedido en la capital
andaluza en los últimos años ha sido motivo de celebración. Todo lo que se
intentaba, salía bien. Si le gustaba una chica, la conseguía. Hasta se alcanzó
el honor de ser el mejor club del mundo según la IFFHS durante los años 2006 y
2007. Un Julio Iglesias del fútbol. Todo funcionaba, en lo deportivo y en lo
económico. Ni un solo gatillazo. 

Cada temporada en Nervión ha sido como un largo fin de
semana. De ésos que empiezan un martes y acaban un domingo. Con fiesta Erasmus
incluida. Pero llega un momento en el que un botellón no es suficiente. Llega
el momento en el que el cuerpo te pide un buen Gin-Tonic con su piel de lima, su
pepino y sus bayas de enebro en una buena terraza con vistas mirando a las
estrellas. Es así como se siente ahora el Sevilla FC. Ya no divierte la Europa
League, hay que dar un paso más. Ya no vale con pasar la fase de grupos en
Champions League. Ese adolescente debe convertirse en hombre. Ya no es nadie
por mucho que cuente “cuántas fichas se ha comido” en la noche anterior. Ahora
ha llegado el momento de buscar una relación seria con una mujer elegante que
te acerque al estatus que llevas años mendigando.

Superar la barrera de los octavos de final de Champions
League es cumplir la mayoría de edad. Estar entre los ocho mejores de Europa es
dar un paso más en el proceso de madurez. Ha llegado el momento de convertirse
en hombre.