Los saltos de altura sobre agua siempre dejan imágenes fantásticas. Rodeados de entornos preciosos, de bella estética, retan al propio vértigo personal para lanzarse al vacío, haciendo gestos técnicos brillantes, para acabar cayendo al agua. En la prueba mundial realizada en La Rochelle, Francia, el saltador americano Steven LoBue tuvo un percance al saltar desde 27 metros. En el momento de iniciar el salto, ya cayendo, se golpeó la cabeza con la base desde la que saltaba, dando un susto a todos los presentes. Finalmente, no ocurrió nada grave.