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Cinco motivos por los que Berizzo debería entrenar al Barcelona

Borja Pardo @Borja_Pardo 22-03-2017

Toda vez que parece pacífico que a Don Xavi Hernández le llega un poco justo el momento de tomar el relevo de Luis Enrique, en Can Barça hay que buscar nombre y hombre. Ni Valverde, ni Unzué, ni Sampaoli, ni Óscar García Junyent. Lo he estado pensando varios días y creo poder argumentar porque Eduardo Berizzo debe ser el próximo entrenador del FC Barcelona.

1. Es argentino, como Helenio Herrera (dos Ligas, dos Copas y una Copa de Ferias), Roque Olsen (un Copa de Ferias), César Luis Menotti (una Copa del Rey, una Supercopa de España y una Copa de la Liga) y como Gerardo ‘Tata’ Martino (una Supercopa de España). El tiro con el ‘Tata’ salió mal, cierto, pero si ‘el lobby sudamericano’ del Barça -el que corta el bacalao y el que decide de que lado cae la tostada- quiere a un entrenador que hable ‘su idioma’, Berizzo es el hombre.

No tiene la excentricidad, ni el magnetismo, ni el verso florido de Sampaoli (aunque de pico va suelto también), pero igual eso es lo mejor para todos. Jorge Sampaoli es alguien que acabaría por robarle protagonismo a los jugadores, y el ego de estos muchachos no están para muchos retos si vienen mal dadas o se presentan unas curvas a inicio de trayecto. El perfil ‘más bajo’ de Berizzo juega a su favor.

2. Es bielsista sin ser Bielsa, lo cual es muy importante para entrenar al Barça. Marcelo Bielsa tiene una cara buena y una cara mala. La positiva es la que pregona la intensidad, el gusto por el fútbol de ataque y el buen trato por el balón. Muy filosofía Barça todo eso. Esa cara, Berizzo la respeta y la hace suya. En la cara más turbia de la metodología enfermiza y las salidas de tono ‘dalinianas’, así como ciertos tics o hábitos de genio atormentado, Berizzo los rehuye… gracias a Dios.

Berizzo fue entrenado por Bielsa en el Newell’s campeón de Argentina (1990/1991) y en el Atlas mexicano (1993). Posteriormente lo acompañó como ayudante de campo en su aventura en la selección chilena . Marcelo Bielsa me enseñó que nada está aprendido en la vida, que todo está por descubrir. Para mí fue un guía, la persona que me educó a la hora de empezar a dirigir un equipo” decía Berizzo. En un club como el FC Barcelona donde la locura es un estado de ánimo transitorio que se presenta varias veces por temporada “Eduardo tiene la capacidad de no volverse loco» y eso juega a su favor.

3. Fue futbolista de éxito e internacional absoluto con Argentina en más de una decena de ocasiones. Ha compartido vestuario con gente como Batistuta, Pochettino, Francescoli, Marcelo Salas, Ariel Ortega, Marcelo Gallardo, Hernán Crespo, Aleksandr Mostovoi, Gustavo López o Valery Karpin. Ha jugado finales, ha ganado títulos y ha vivido experiencias como futbolista que ayudan a forjar el carácter de un entrenador ganador y de raza. Eso también juega a su favor.

4. Carácter. Lo tenía como defensa central y lo tiene como entrenador. No es un pusilánime y llegado el caso saca el carácter atendiendo al criterio de justicia y meritocracia que quiere en su vestuario. Para muestra de ello cabe recordar el reciente incidente que tuvo con Orellana que acabó con el chileno fuera de Vigo y volando hacia Valencia. Recordemos que con la salida de Nolito al Manchester City en verano, Aspas y Orellana eran al inicio de temporada los jugadores franquicia del Celta. Pues bien, al primer conato de indisciplina e incendio a Berizzo no le tembló la mano. La apuesta de prescindir del chileno era arriesgada, pero no parece que le haya salido mal.

5. Los jugadores le siguen y mejoran. La mayoría de jugadores que ha dirigido a lo largo de su carrera han mostrado su mejor versión bajo su tutela. Solo hay que ver el rendimiento actual de los Iago Aspas, Daniel Wass, Sergio Álvarez o Hugo Mallo para ver que están firmando seguramente la mejor temporada de sus respectivas carreras deportivas. Anteriormente fueron los Nolito, Krohn-Dehli o Augusto Fernández los que volaron bajo la tutela de Berizzo.



(Bonus track)
El discurso:
Berizzo respira fútbol cuando habla y eso lo deja patente en cada rueda de prensa. Ni tira del verso cursi y florido ni de los clichés varoniles y de látigo. Ni se pelea con los periodistas, ni los abronca, ni pregona el ‘silenzio stampa’. Es un hombre tranquilo, un hombre de fútbol.

Es vox populi que Luis Enrique no tiene muchos ‘believers’ en la zona mixta ni en la sala de prensa. Eso a Lucho le da igual, al igual que Loquillo, el asturiano no vino aquí para hacer amigos. A poco que haga Berizzo, esa guerra, la de la prensa, la tiene ganada. Y esa, no es precisamente una cuestión baladí en Can Barça (ya saben las historias que se cuentan del entorno y tal).

Por todo lo antedicho entiendo que Eduardo Berizzo es el hombre ideal como futuro entrenador blaugrana. La química con la MSN parece clara de antemano, es bielsista sin perder la cabeza, conoce los códigos de vestuario, tiene carácter y el excelso rendimiento de sus jugadores es su mejor aval.

 

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Toda vez que parece pacífico que a Don Xavi Hernández le llega un poco justo el momento de tomar el relevo de Luis Enrique, en Can Barça hay que buscar nombre y hombre. Ni Valverde, ni Unzué, ni Sampaoli, ni Óscar García Junyent. Lo he estado pensando varios días y creo poder argumentar porque Eduardo Berizzo debe ser el próximo entrenador del FC Barcelona.

1. Es argentino, como Helenio Herrera (dos Ligas, dos Copas y una Copa de Ferias), Roque Olsen (un Copa de Ferias), César Luis Menotti (una Copa del Rey, una Supercopa de España y una Copa de la Liga) y como Gerardo ‘Tata’ Martino (una Supercopa de España). El tiro con el ‘Tata’ salió mal, cierto, pero si ‘el lobby sudamericano’ del Barça -el que corta el bacalao y el que decide de que lado cae la tostada- quiere a un entrenador que hable ‘su idioma’, Berizzo es el hombre.

No tiene la excentricidad, ni el magnetismo, ni el verso florido de Sampaoli (aunque de pico va suelto también), pero igual eso es lo mejor para todos. Jorge Sampaoli es alguien que acabaría por robarle protagonismo a los jugadores, y el ego de estos muchachos no están para muchos retos si vienen mal dadas o se presentan unas curvas a inicio de trayecto. El perfil ‘más bajo’ de Berizzo juega a su favor.

2. Es bielsista sin ser Bielsa, lo cual es muy importante para entrenar al Barça. Marcelo Bielsa tiene una cara buena y una cara mala. La positiva es la que pregona la intensidad, el gusto por el fútbol de ataque y el buen trato por el balón. Muy filosofía Barça todo eso. Esa cara, Berizzo la respeta y la hace suya. En la cara más turbia de la metodología enfermiza y las salidas de tono ‘dalinianas’, así como ciertos tics o hábitos de genio atormentado, Berizzo los rehuye… gracias a Dios.

Berizzo fue entrenado por Bielsa en el Newell’s campeón de Argentina (1990/1991) y en el Atlas mexicano (1993). Posteriormente lo acompañó como ayudante de campo en su aventura en la selección chilena . Marcelo Bielsa me enseñó que nada está aprendido en la vida, que todo está por descubrir. Para mí fue un guía, la persona que me educó a la hora de empezar a dirigir un equipo” decía Berizzo. En un club como el FC Barcelona donde la locura es un estado de ánimo transitorio que se presenta varias veces por temporada “Eduardo tiene la capacidad de no volverse loco» y eso juega a su favor.

3. Fue futbolista de éxito e internacional absoluto con Argentina en más de una decena de ocasiones. Ha compartido vestuario con gente como Batistuta, Pochettino, Francescoli, Marcelo Salas, Ariel Ortega, Marcelo Gallardo, Hernán Crespo, Aleksandr Mostovoi, Gustavo López o Valery Karpin. Ha jugado finales, ha ganado títulos y ha vivido experiencias como futbolista que ayudan a forjar el carácter de un entrenador ganador y de raza. Eso también juega a su favor.

4. Carácter. Lo tenía como defensa central y lo tiene como entrenador. No es un pusilánime y llegado el caso saca el carácter atendiendo al criterio de justicia y meritocracia que quiere en su vestuario. Para muestra de ello cabe recordar el reciente incidente que tuvo con Orellana que acabó con el chileno fuera de Vigo y volando hacia Valencia. Recordemos que con la salida de Nolito al Manchester City en verano, Aspas y Orellana eran al inicio de temporada los jugadores franquicia del Celta. Pues bien, al primer conato de indisciplina e incendio a Berizzo no le tembló la mano. La apuesta de prescindir del chileno era arriesgada, pero no parece que le haya salido mal.

5. Los jugadores le siguen y mejoran. La mayoría de jugadores que ha dirigido a lo largo de su carrera han mostrado su mejor versión bajo su tutela. Solo hay que ver el rendimiento actual de los Iago Aspas, Daniel Wass, Sergio Álvarez o Hugo Mallo para ver que están firmando seguramente la mejor temporada de sus respectivas carreras deportivas. Anteriormente fueron los Nolito, Krohn-Dehli o Augusto Fernández los que volaron bajo la tutela de Berizzo.



(Bonus track)
El discurso:
Berizzo respira fútbol cuando habla y eso lo deja patente en cada rueda de prensa. Ni tira del verso cursi y florido ni de los clichés varoniles y de látigo. Ni se pelea con los periodistas, ni los abronca, ni pregona el ‘silenzio stampa’. Es un hombre tranquilo, un hombre de fútbol.

Es vox populi que Luis Enrique no tiene muchos ‘believers’ en la zona mixta ni en la sala de prensa. Eso a Lucho le da igual, al igual que Loquillo, el asturiano no vino aquí para hacer amigos. A poco que haga Berizzo, esa guerra, la de la prensa, la tiene ganada. Y esa, no es precisamente una cuestión baladí en Can Barça (ya saben las historias que se cuentan del entorno y tal).

Por todo lo antedicho entiendo que Eduardo Berizzo es el hombre ideal como futuro entrenador blaugrana. La química con la MSN parece clara de antemano, es bielsista sin perder la cabeza, conoce los códigos de vestuario, tiene carácter y el excelso rendimiento de sus jugadores es su mejor aval.

 

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