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Fútbol sudamericano

Chile-Argentina: la final del éxtasis

Uno lleva 22 años sin ganar un título. El otro, toda la vida. Uno tiene la delantera más temible del mundo. El otro, el juego más preciosista de esta Copa. Uno tiene al mejor jugador del torneo. El otro, al máximo goleador. Uno aspira a igualar a Uruguay en lo más alto del palmarés, el otro sueña con coronarse por vez primera y en casa.

Pocas finales tienen más alicientes que la de este año en Copa América. Chile y Argentina se retarán el sábado por un cetro con el que llevan soñando desde hace mucho tiempo. Algunos, toda su existencia. Quizá, por nombre, el mejor partido habría sido un Argentina-Brasil. Pero dado el estado de la canarinha, Chile no podía ser mejor sustituto. Ha llegado al último partido desde el colectivo, la garra y el toque. Ningún equipo sudamericano es capaz de mover el esférico en tres cuartos a la velocidad que lo hacen los de Sampaoli, dirigidos por un Valdivia que, con permiso de Messi, va para MVP de esta edición.
 

 

Se le ha achacado mucho a la Roja su falta de gol. De no cerrar los partidos cuanto antes. Le pasó ante Ecuador, donde un tanto de Vargas en el 84′ permitió respirar a los chilenos tras el remate al larguero de Enner Valencia dos minutos antes. Le pasó ante Uruguay, donde acabó pidiendo la hora jugando con uno más durante casi toda la segunda parte. Y le pasó contra Perú, donde cosechó su peor partido jugando otra vez con superioridad durante más de 70 minutos. Los de Gareca fueron mejores en un tramo importante del encuentro, y sólo un trallazo de Edu Vargas calmó las aguas y dio el pase. Chile debe recuperar las sensaciones de partidos anteriores y tener más efectividad de cara a puerta. Pases no faltarán.

Argentina llegará al Estadio Nacional de Santiago con sensaciones contrarias. Todo el gol que le faltó a una delantera formada por Messi, Di María, Agüero, Higuaín y compañía, salió en bocanadas ante Paraguay. Y eso que la Albiceleste, como en gran parte en este torneo, no fue brillante en su juego y pagó un error imperdonable al filo del descanso que ponía el marcador 2-1 y hacía volver las pesadillas del debut. Entonces, los guaranís empataron un 2-0.
 

 

Esta vez iba a ser imposible. Di María enchufó el tercero y el cuarto nada más salir de vestuarios. El Kun y el Pipa cerraron la goleada al final. Messi no marcó, y sólo lleva un gol -de penalti- en todo el torneo, pero participó en los seis goles, lideró a la Albiceleste, filtró pases imposibles y se deshizo de rivales como si de conos se trataran. El Tata alcanza la final por segunda vez consecutiva, triturando al equipo con el que alcanzó la primera. Marcando en un partido dos goles más que en los cuatro anteriores. Y poniendo de nuevo a Argentina la etiqueta de favorita.

Sábado, 4 de junio de 2015, a las 22:00 h, toca cita con la historia. ¿Ganará Chile su primer título? ¿Conseguirá Messi por fin ganar uno con Argentina? ¿Veremos a miles de chilenos celebrando un título por el que suspiran desde hace casi un siglo? ¿O esta final pasará a la historia como ‘El Santiagazo’? ¿Será la consagración de Valdivia? ¿La última oportunidad para Demichelis, Mascherano o Tévez? ¿La irrupción definitiva de Alexis y Vidal? ¿La gran aparición de Javier Pastore? ¿Será Vargas el máximo goleador del torneo, tras marcar más goles que en una temporada completa en el QPR? ¿O será Agüero, el mayor anotador de la Premier League esta campaña? Todas las dudas quedarán despejadas en una final que promete mucho. La final del éxtasis.

Alicante, 1991. Mi madre siempre me decía: "No sé por qué lloras por el fútbol, sino te da de comer". Desde entonces lucho por ser periodista deportivo, para vivir de mis pasiones (y llevarle un poco la contraria).

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