Finiquitadas las primeras cinco jornadas de Serie A, miras la tabla y todo sigue igual. La Juventus, esta vez, no se levantó con el pie izquierdo y desde agosto ya pisa a fondo el acelerador. No más de 3 días en recuperar el liderato, después de su derrota en Milán, en la búsqueda de su sexto Scudetto consecutivo. No hay conjunto de hombres suficiente para frenar a la Vecchia Signora. Le sigue Napoli con 11, en este Calcio contemporáneo, parece ser el noble más fuerte para hacerle frente aún sin Higuaín. Y más abajo, Roma tercera con 10 e Inter quinto con 10. ¿Cuarto? El Chievo. Uno de los más curiosos fenómenos futbolísticos del panorama europeo.
Panorámica de la ciudad de Verona
«Chievo no es una ciudad. Es un barrio periférico de Verona, una urbe mediana del noreste italiano. Para entendernos, hablamos de 2.500 habitantes en un área unas 20 veces más pequeña que Getafe. La gente va a Verona por el lago Como, por los espectáculos de la Arena o para enternecerse con la tragedia de Romeo y Julieta. El Chievo es un prodigio surgido de cuatro calles y del entusiasmo de un sacerdote. Y, aunque su historia arranca de lejos, seguía siendo un club de aficionados cuando, en 1982, Italia ganó su tercera Copa del Mundo» Enric González en El País.
Pequeña organización futbolística fascista del barrio de Chievo
El Chievo ha dado pasos adelante en su historia con secuencias peculiares. En 1929, se funda el equipo Operazione Nazionale Dopolavoro Chievo, una pequeña organización futbolística fascista del barrio de Chievo, cuyos colores eran azul claro y blanco. En 1931, disputa su primer partido oficial. En 1936 el equipo no pudo inscribirse a la liga de Verona por problemas económicos y acaba su existencia. Después de la Segunda Guerra Mundial uno grupo de aficionados refundan la sociedad y la bautizan como Associazione Calcio Chievo. En 1948 las penurias económicas son tan grandes que tiene que cambiar los colores tradicionales, blanco y celeste, por el azul y el amarillo (colores de la ciudad) de unas camisetas que le salen gratis. En 1950 se retiran de un partido contra el Bardolino tras recibir el séptimo gol, más que nada, por no prolongar la humillación.
En 1958, el párroco, Silvio Venturi, logra que la diócesis preste fondos al club para crear un campo por fin llano y sin matojos para el uso y disfrute de la gente del barrio. Se establece además una sede oficial en el bar La Pantalona. El cura Venturi marca un antes y un después. En 1964 Luigi Campedelli, propietario de una empresa veronesa de dulces, compra la sociedad y se convierte en el nuevo presidente.
En 1990, Luca Campedelli tomó la herencia de su padre, empresa y club.
Bajo el control de la familia Campedelli, el Chievo llega a resultados inimaginables, alcanza en menos de 20 años las competiciones más importantes del fútbol italiano. En 1986, en un intento de aumentar su popularidad, se trasladan al Marantonio Bentegodi, actual estadio del equipo ubicado en el centro de la ciudad. En 1990 el presidente cambió el nombre en «Associazione Calcio Chievo Verona», con el objetivo de representar no solo un barrio de la ciudad, sino toda la provincia de Verona y de paso intentar conseguir identificarse con todos los veroneses. Desde ahí, el Chievo sube a Tercera División. En 1994, a Segunda. En 2000 llega al barrio un entrenador de la zona llamado Luigi del Neri y en el último partido de la temporada, contra la Salernitana, conquista una plaza en la Serie A, la cúspide del calcio, convirtiéndose en el primer equipo que ha subido, con el tiempo, más de siete categorías en el Calcio.
El Chievo durante sus años dorados en su ascenso a Serie A.
Durante la disputa del primer derbi en Serie B allá por el año 1991, la situación era esta: «Esos mismos años, el Hellas sufría: en 1991 se había declarado en bancarrota refundándose en segunda, donde se encontró con el sorprendente Chievo, un equipo con más socios (4.000) que gente vive en Chievo (2.500). Llegó el primer derbi con el Hellas y la hinchada del Chievo fabricó una estatua de cartón de un burro con alas: fue la respuesta a la reacción de la afición del Hellas cuando veían que el Chievo poco a poco subía escalones en el fútbol italiano. Eso motivó que los hinchas del Hellas cantaran que se jugaría un derbi el día que los burros tuvieron alas» Toni Padilla en Marcador Internacional
Desde su ascenso a la máxima categoría del fútbol italiano, las esperanzas puestas en el burro con alas no eran muy favorables para el futuro de los del barrio. La realidad a día de hoy es bien distinta, desde su ascenso en el 2001, el Chievo Verona ha participado en 15 de las últimas 16 ediciones de Serie A. Solo jugó en Serie B la temporada 2008/09 pero subió al año siguiente gracias a la mano de Giuseppe Iachini y de jugadores determinantes.
A día de hoy, la situación a estas alturas de campeonato es la misma que el año pasado, inmejorable. Suman 10 puntos en 5 jornadas y no conocen la derrota como local, de hecho, durante todo el 2016 solo han perdido un partido como local, frente a la Juventus.
#Chievo en casa en 2016:
1 derrota (0-4 ante Juventus)
7 empates
6 victorias— Mario Gago Huerta (@gago_mario) 21 de septiembre de 2016
Temporada 2015-2016
- J1: Empoli 1-3 Chievo
- J2: Chievo 4-0 Lazio
- J3: Juventus 1-1 Chievo
- J4: Chievo 0-1 Inter
- J5: Chievo 1-0 Torino
Chievo, 10 puntos, cuarto clasificado.
Temporada 2016-2017
- J1: Chievo 2-0 Inter
- J2: Fiorentina 1-0 Chievo
- J3: Chievo 1-1 Lazio
- J4: Udinese 1-2 Chievo
- J5: Chievo 2-1 Sassuolo
Chievo, 10 puntos, cuarto clasificado.
Bajo el lema de sufrir lo menos posible, ha perpetrado la palabra permanencia. Con un juego poco vistoso pero una idea sostenida en un fútbol de contención cada año es un claro candidato a bajar y año tras año sigue el burro en lo más alto. Con una plantilla donde un total de 14 jugadores superan la treintena de edad, lo convierten en el equipo más viejo de toda Europa. El barrio más peculiar de Italia, por ahora, se puede equiparar con las grandes metrópolis de Italia. Y que nadie ponga en duda su estancia o atrevimiento porque ya saben lo que puede pasar. De momento, dejen al burro volar a ver hasta cuanto alto puede volar. El objetivo sigue siendo el mismo que hace 15 años, hacer 40 puntos lo antes posible.
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