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Campeón en la sombra

Algunos deportistas nacen con un talento innato. Están
destinados al éxito sin la necesidad de buscarlo con la perseverancia del que
nunca se rinde. Otros, que buscan la gloria durante toda su vida, se quedan a
las puertas por diversas circunstancias. Y un grupo de pequeños elegidos
consiguen aquello que se proponen a base de esfuerzo, trabajo y convicción en
uno mismo. En el mundo del motociclismo, pocos ejemplos se acercan más a este
último grupo que el de Nico Terol. Un valenciano que le ganó un Mundial a
Zarco, le peleó otro a Márquez y del que pocos se acuerdan de él.

Retirado de la alta competición hace justo un año, el piloto
de Alcoy pasará a la historia como el último campeón de la historia de 125cc.
También es, hasta ahora, el último gran campeón que ha dado la Comunitat
Valenciana. Y todo ello en una trayectoria nada sencilla y teniendo que dar
muchos giros con el paso de los años hasta encontrar, junto a otro valenciano
-Jorge Martínez ‘Aspar’- la estabilidad necesaria para intentar ser campeón.

Y es que sus inicios en el Mundial de motociclismo no fueron
nada alentadoras. En sus tres primeros años (de 2005 a 2007), apenas pasó de
una séptima plaza como mejor actuación y su objetivo no era más que intentar
entrar en los puntos en cada Gran Premio. Pero todo comenzó a cambiar en 2008,
cuando recala en las filas del Jack&Jones, con una Aprilia. Ese año llega
su primer podio, al ser segundo en Jerez, y su primer triunfo, en Indianápolis.
Acaba quinto el curso, mejorando sus números en 2009, cuando es tercero,
incluyendo una victoria en Brno.

Sin embargo, el gran salto cualitativo de su carrera llega
en 2010, cuando ficha por el equipo de Jorge Martínez ‘Aspar’, campeón de tres
de las cuatro temporadas anteriores. Con el ascenso de Julián Simón, ganador en
2009 con el equipo de ‘Aspar’, Terol pasaba a ser uno de los grandes favoritos
a la corona, junto a su compañero de equipo Bradley Smith y a las dos mayores
promesas del motociclismo español y mundial: Pol Espargaró y Marc Márquez.

Y los pronósticos se cumplieron: Terol tuvo que batallar con
sus dos compatriotas durante 17 carreras en una de las temporadas más vibrantes
que se recuerdan. Terol, que ganó la prueba inaugural en Qatar, lideró el
primer tercio del campeonato, hasta que una caída en Barcelona, cuando peleaba
por el podio, le provocó una lesión que, a la postre, le impidió estar en
Alemania, la siguiente cita. Quedaba algo lejos de Márquez, sorprendente líder
tras darse a conocer en Mugello y encadenar cinco victorias seguidas.

Pero Terol no se rindió: restaban nueve carreras y no volvió
a bajarse del cajón. Ganó dos pruebas, en Brno e Indianápolis, y alcanzó el
liderato en Aragón, aprovechando una caída de Márquez. Con Espargaró
diluyéndose en la gira asiática, todo quedaba en un mano a mano entre Márquez y
Terol en las dos últimas pruebas. Y allí fue cuando Márquez comenzó a cimentar
su leyenda. En una carrera caótica en Portugal, el de Cervera ganó saliendo
último y tras estar a punto de romper su moto en la vuelta de formación,
dejando la consecución del título para un trámite en Cheste. Terol se quedaba a
las puertas, subcampeón. Como consuelo, si es que esa palabra existe, había
perdido con un auténtico fenómeno.

Tanto le importaba a Terol ese cetro que renunció a subir a
Moto2 en 2011 por conseguir ese título. Sin Márquez ni Espargaró y con el
alicantino como indiscutible número 1 de Aprilia, todo hacía indicar un paseo
de Terol. Más aún cuando logró ganar las tres primeras pruebas. Pero la
aparición de un nuevo talento, llamado Maverick Viñales, y la explosión de un
piloto hasta entonces de segunda fila, como Johann Zarco, le hicieron sudar
hasta el último día. Fue el francés, ahora piloto de MotoGP y objeto de mil
halagos, el que le llevó a la última carrera, en Valencia, con la necesidad de
ganar el título. Y allí Terol, en lluvia, no erró.

Era el
triunfo de la perseverancia. El éxito de un piloto que no estaba destinado a
ello varios años antes de lograrlo pero que creyó en sí mismo. Y nadie le
facilitó nada, pues los dos pilotos que le sucedieron en la clasificación de
aquel 2011 son ahora, sin desmerecer a Valentino Rossi, el presente y el futuro
de Yamaha. Esto da aún más caché a
Terol, un piloto que huía de los focos y que quizás por ello ahora es poco
recordado por el gran público, pese a haber sido el primer gran rival de
Márquez y ganarle un Mundial a Zarco. Por todo ello y por mucho más, Nico Terol
tiene su espacio en la historia del motociclismo.

Vigués residente en Barcelona. Escribo en Sphera Sports y en VAVEL. Descubrí a Federer y luego me aficioné al tenis. ¿O fue al revés?

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