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Bundesliga

Borussia Dortmund, del Rock'n Roll a la sinfonía

Con carreras tan paralelas se podría decir que Thomas Tuchel sigue al pie los pasos de Jürgen Klopp. Debutar en Mainz como entrenador y hacer méritos para acabar entrenando al Borussia Dortmund. Ambos de la escuela de Stuttgart -si se puede llamar así a la influencia de la ciudad en el fútbol alemán-. Ambos enamorados de su trabajo y nacidos a poco más de cien kilómetros el uno del otro, casi se podría decir que son un calco, la historia vivida dos veces. Pero se pueden nombrar algunas diferencias entre los dos técnicos de moda de los últimos 5 años en el país teutón.

El carisma y feeling con los periodistas

Jürgen es el alma de toda rueda de prensa, conecta con los periodistas y les da lo que buscan, su carisma es tan ilimitado como las ganas de sentarse con él a beber un café y charlar de fútbol. Klopp es y ha sido siempre una persona cercana, directa y sincera, con labia y ganas de comunicar nos ha dejado momentos entrañables frente al micrófono y lejos de él, en los campos. Un tipo que nunca deja indiferente.
 

 
Thomas es un hombre directo, de discurso y de argumentos. Sin embargo la distancia entre los periodistas y el técnico es tan clara que podría hasta palparse. Un hombre de palabras casi transparentes, ilustrado y que casi resulta tajante en algunos aspectos. Alguien que sabe lo que quiere y lo comunica, que sabe quien es y cual es su sitio. Sólo en círculos cercanos o con sus jugadores se puede ver al técnico actual del BVB hacer bromas y reír a carcajada suelta. Más reservado -aunque igual de apasionado que su predecesor-

La filosofía de juego

Para Klopp “solo” existe una palabra y es: gegenpressing. Su marca, su legado, su firma. El gegenpressing es lo que llevó al Dortmund a la final de la Champions League de 2013 tras haber tocado fondo cuando Klopp cogió las riendas del club aurinegro de la cuenca del Ruhr. El gegenpressing es Klopp, Klopp es el gegenpressing. Es algo tan unido que no se puede separar y el cambio para la plantilla supuso el camino a lo más alto del fútbol alemán con dos títulos de Bundesliga, una copa y dos Supercopas alemanas.

Todo gira alrededor de presionar al rival, la posesión del juego no es interés del actual técnico del Liverpool. Recuperar el esférico en mediocampo, dos o tres pases y chute, ocasión de gol. Una estratégia basada en la rapidez de sus jugadores (Marco Reus), o de su capacidad de moverse en espacios pequeños (Robert Lewandowski), solventado por una defensa de hierro que pretende no dejar pasar a los contrarios (Mats Hummels).

Sin embargo Thomas Tuchel es más de la escuela de la posesión, más cercano a Guardiola, pero de la misma manera, completamente opuesto. Tuchel mantiene la pelota y la posesión como arma principal, la precisión del pase y la forma en la que se deben ejecutar es una de sus más grandes obsesiones. Sin embargo la rapidez de respuesta en pequeños espacios también es una de sus características más evidentes. Los entrenamientos con la plantilla fueron confusos los primeros días, hasta que los jugadores captaron lo que el entrenador esperaba de ellos. La manera en como se recibe la pelota, en como se mueven los jugadores cuando no la tienen. Un director de orquesta que mueve la batuta aun en los compases más silenciosos de su composición.
 

 

Además de todo eso, Jürgen era un tipo con sistemas fijos, ideas claras pero muy acorde con su estilo de juego (4-4-2 o 4-2-3-1 dependiendo de si el equipo pretendía tener o no el balón). Ahí es donde Tuchel da una vuelta de rosca, las variaciones son infinitas (o casi) con Thomas. Siendo entrenador del Mainz, la variabilidad táctica fue una de sus firmas más consagradas. Capaz de mover las piezas de manera inteligente a medida que se desarrolla el partido, desde la banda hace más que celebrar o sufrir, descifra y reordena sus piezas sobre el tablero para conseguir su victoria.

Jürgen y Thomas tienen carreras paralelas, pero en cuanto a fútbol quizás son casi lo más distinto que podrían haber encontrado en el Ruhrpott. Del Rock’n’Roll de Klopp a las composiciones sinfónicas de Tuchel. Quién sabe. Quizás fue solo casualidad que tuvieran la misma serie de dichas: primero el Mainz, luego el Dortmund. En algunos periódicos alemanes los llaman los entrenadores gemelos, pero nada más alejado de la realidad.

Dortmund / Barcelona, 1992. CM de @BayernSphera. Trabajando en el Deutsches Fußballmuseum en Dortmund. "El fútbol es un juego simple: 22 hombres persiguen un balón durante 90 minutos, y al final los alemanes ganan."

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