La sufrida parroquia del Benito Villamarín seguramente imaginaba una fiesta para la hora de la merienda con la visita del Sparta Praga a Heliópolis en la segunda jornada de la Europa League. Se ganó, sí (2-1), pero con unas cotas de agonía nada recomendables. La realidad es que era un partido trampa, pues la derrota del Betis en Ibrox Park (Glasgow) ante el Rangers obligaba a los pupilos de Manuel Pellegrini a ganar el partido ante un combinado checo con buenos automatismos y que juega un buen fútbol.
El partido empezó complicado con el gol de los checos a los tres minutos de juego. Un tanto que ya adelantaba que habría drama. Poco después, un error del cancerbero visitante en el 9′ ponía en bandeja el gol del empate a un Assan Diao que ha firmado su tercer gol en tres partidos en el plazo de una semana. Es un diamante en bruto este chico. Ya es internacional español sub-18. No descarten que en unos meses lo sea con la absoluta.
Lo cierto es que el dominio checo en la primera parte fue un hecho y las señales de alarma en el descanso eran notables. Manuel Pellegrini tiró de ingeniería y ajustó piezas, con la entrada de Ayoze Pérez por Ez Abde el equipo mejoró sensiblemente y encontró mayor fluidez. Isco Alarcón, otra vez Isco, decantó el partido con un cabezazo en el 79′. Tres puntos trabajados que casi vuelan en el descuento con un error de marca de la zaga bética.
Segunda victoria consecutiva para el Betis, tras la cosechada en Liga ante el Valencia, poniendo fin a la racha previa de incertidumbre y malos resultados. En el grupo B de Europa League, los cuatro equipos tienen tres puntos tras dos jornadas, toda vez que el Aris Limassol tuvo la brillante idea de ganar 2-1 al Rangers en Chipre.
