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Barça: sacrificando el estilo por los puntos y las victorias

«Yo no me aburro nada, y si ganamos mucho menos«. Tan rotunda fase la pronunció en la noche del miércoles el nuevo entrenador del Barça, Ernesto Valverde, en lo que fue la constatación de la progresiva transición vivida por el equipo azulgrana en los últimos años: en estos momentos importa sobre todo el resultado.

El Barcelona venció por 1-0 en el campo del Sporting de Portugal para sumar su octava victoria consecutiva. Una trayectoria impecable, aunque no faltan los nostálgicos que echan de menos el llamado «estilo Barça».

«A veces ganas de forma más brillante y otras tienes que sufrir para ganar, esto es así», corroboró Valverde, un entrenador que desde su llegada el club español priorizó aspectos como la presión y el orden como bases sobre las que edificar.

Probablemente, esa no fuera su idea original. Primero perdió a Neymar -que fichó por el PSG- y luego se quedó sin Ousmane Dembélé, la gran apuesta del club para esta temporada, por una lesión cuando apenas llevaba dos partidos con su nuevo equipo.

Además, por el camino sufrió una llamativa derrota en la Supercopa de España, cuando el Real Madrid lo pasó por encima para ganar por un global 5-1. Quizá este enfrentamiento le hizo cambiar a Valverde su hoja de ruta.

Sera como fuere, la mutación del «estilo Barça» a otro librillo no es de ahora. Con Josep Guardiola, entre 2008 y 2012, el juego azulgrana alcanzó unas cotas de belleza que provocaron la admiración en todo el mundo. El club quiso continuar con esa filosofía nombrando a su segundo, Tito Vilanova, cuando Guardiola se marchó, pero su temprano fallecimiento, en 2014, fue todo un golpe. También al proyecto.

Luego llegó el argentino Gerardo Martino, nunca cómodo con la tradicional filosofía del equipo, y en 2014 el Barcelona fue de Luis Enrique. Hubo dos años de grandes éxitos y una pasada campaña cerrada sólo con una Copa del Rey. También con un progresivo distanciamiento del estilo de juego combinativo.

El propio Luis Enrique advirtió a su llegada de «la necesidad de buscar variantes» y su equipo, tan lleno de delanteros rápidos, fue conocido por tener uno de los contraataques más letales del mundo. Al tiempo, ya comenzó a crecer el debate sobre el alejamiento de las viejas señas de identidad del Barcelona. Y Xavi Hernández, garante del estilo, se marchó a Qatar en 2015.

Hay un detalle muy curioso. Los goles del Barcelona llegaron esta temporada por dos vías preferentemente: los ocho tantos de Lionel Messi y los cuatro goles marcados en propia puerta por defensas contrarios. Como ocurrió ante el Sporting de Portugal.

«Mientras se gane, vale todo», comentó gráficamente Jordi Alba al finalizar el encuentro. Hace años esa frase era impensable en el Barcelona, donde el qué y el cómo valían casi lo mismo.

Lo que es incontestable es que a efectos estadísticos el Barça es perfecto. Tras caer en la Supercopa de España cuenta cada partido por victoria, aventaja al Real Madrid en siete puntos en la Liga española y ya tiene muy encarrilada su clasificación para los octavos de final de la Liga de Campeones.

A pesar de ello, Valverde sabe que tiene que convivir con la crítica. «El equipo sigue siendo más frágil de lo que parece y su espectacular serie de ocho victorias en ocho partidos esconde debilidades peligrosas que deben corregirse cuanto antes«, opinó hoy el diario «Sport».

Sólo el tiempo dirá si Valverde tiene una idea más estética para el juego del Barça o si estima que con los jugadores que tiene actualmente no puede jugar a otra cosa. En cualquier caso, los resultados le avalan, lo que no es poca cosa para un técnico nuevo dentro de un equipo que viene de fracasar la pasada temporada.

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