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Banquillos a la antigua

La modernización del fútbol femenino en nuestro país es un hecho. Es evidente que todavía queda un largo camino por recorrer, pero también es innegable que este deporte va rompiendo poco a poco las barreras que lo alejan del escenario de notoriedad que merece. A falta de que el CSD cumpla su palabra de cara a la temporada 2021/22, y lleve a cabo la profesionalización del fufem en España, en los últimos años hemos sido testigos de una progresión alentadora, una progresión que para muchos todavía es insuficiente, pero que a la hora de la verdad no deja de ser la prueba fehaciente de que algo está cambiando.

Como digo todavía estamos lejos de donde queremos estar. Pero tengo que reconocer que en los últimos años he vivido situaciones que me han emocionado y que hasta hace muy poco no eran más que una quimera. He comentado partidos de fútbol femenino que se han disputado en el Wanda Metropolitano, en Mestalla, en el Ciutat de Valencia, en San Mamés, en el Benito Villamarín… y todos ellos con una muy buena asistencia de público. Millones de telespectadores siguieron el pasado Mundial de Francia que ofrecimos de manera íntegra en GOL. Y en 2020 fuimos testigos de la llegada del primer convenio colectivo para este deporte, un convenio que ha recibido muchas críticas, y probablemente con motivos justificados para ello, pero que no deja de suponer un pasito más hacia el objetivo final.

Pero a pesar de que nadie puede negar el crecimiento de este deporte en los últimos años, hay ciertos aspectos que parecen anclados en el pasado y que resultan difíciles de moldear. Y digo moldear porque a veces no es necesario cambiar las cosas de forma drástica, basta con retocarlas y acercarlas a la apariencia que según tú criterio deberían tener. Un claro ejemplo de ello lo tenemos en los banquillos de la Primera Iberdrola. Llama poderosamente la atención que en una liga de fútbol femenino, disputada exclusivamente por mujeres, encontremos tan solo a 4 entrenadoras. Y es que de los 18 equipos que conforman la competición 14 de ellos están dirigidos por hombres, y es algo que no deja de resultarme llamativo.

¿El escenario ideal? El escenario ideal tampoco pasa por una Primera Iberdrola con equipos dirigidos exclusivamente por mujeres. Pero sí por un número mucho más igualado de presencias masculinas y femeninas en dichos banquillos. Y puestos a pedir, porque soñar es gratis, que dicha circunstancia pudiera también extrapolarse a la LaLiga, territorio que parece cerrado a cal y canto para la mujer entrenadora.

Cierto es que los clubes de la máxima competición femenina empiezan a tener en cuenta la opción de designar a una mujer para que dirija a su equipo. Al inicio de la temporada tan solo Levante (Maria Pry) y Real Sociedad (Natalia Arroyo) estaban dirigidos por mujeres, pero con el paso de las jornadas Sporting Huelva y Athletic Club también han apostado por esta opción. El cuadro onubense optó por Jenny Benítez para relevar a Antonio Toledo, quien puso su cargo a disposición del club debido a la situación provocada por el covid en nuestro país. Y el conjunto bilbaíno apostó por Iraia Iturregui tras destituir a Ángel Villacampa, debido a los malos resultados cosechados por el equipo.

Puede que mucha gente se pregunte; ¿realmente hay opciones a la hora de buscar una entrenadora para un equipo? Es decir, las opciones masculinas para cubrir una baja como técnico son infinitas, ¿pero las hay también a nivel femenino? Lo cierto es que las hay. Y no es necesario buscar demasiado para encontrar entrenadoras que serían opciones más que fiables para ocupar los banquillos de la Primera Iberdrola.

El año pasado Irene Ferreras no cuajó una buena temporada al frente del Valencia, lo cual le acabó costando el puesto, pero en su etapa en el Rayo Vallecano demostró todo su potencial dirigiendo una plantilla. Natalia Astrain triunfa en el fútbol estadounidense, donde hace pocas semanas la ex de FC Barcelona y Atlético de Madrid ha sido nombrada segunda entrenadora de los Kansas City Star. Mila Martínez cumple tres campañas al frente del Suzuka Point Getters, equipo masculino de la Japan Football League por el que ha renovado una temporada más. Y Toña Is nos ha brindado durante años un gran rendimiento en las categorías inferiores de la selección española femenina. Por lo tanto hay entrenadoras españolas de primer nivel, tan solo hace falta apostar por ellas.

Como decía al inicio el futfem en nuestro país se va modernizando. Y este es un proceso que no debe estancarse, que sin prisa pero sin pausa debe ofrecernos actualizaciones constantes siempre un poco mejores que la anterior versión. Ojalá en un futuro no muy lejano no echemos en falta un número mayor de entrenadoras en la Primera Iberdrola. Y puestos a fantasear, que podamos contar también cómo una mujer está al frente de un equipo masculino de LaLiga. Será señal inequívoca de que los banquillos empiezan también a modernizarse, rompiendo esos grilletes que los mantienen anclados en el pasado, empezando a dejar de ser banquillos a la antigua.

Imagen de cabecera: INA FASSBENDER/AFP via Getty Images

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