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Así era el Catania del Papu

Mejor mediocampista ofensivo de Europa por regates y carreras con metros ganados, entre los primeros por centros al área pequeña, pases en profundidad y expected assist. El Papu Gómez está disfrutando de una nueva vida en la posición más retrasada preparada para él por Gian Piero Gasperini en la Atalanta, después de que el rol de enganche se liberara con el traspaso de Bryan Cristante a la Roma. Así, Gómez viene siendo utilizado alternativamente como el jugador que ocupa el medio espacio izquierdo de los tres cuartos. 

Posiciones diferentes a las que ocupó cuando llegó a Italia en 2010. Entonces, el exjugador de San Lorenzo jugaba como extremo en el 4-3-3 del Catania, cubriendo la banda en defensa en un sistema que se transformaba en un 4-5-1. Era aquel el Catania argentino que Montella había heredado del ‘Cholo’ Simeone y que contaba en su plantilla con numerosos compatriotas: Barrientos, Bergessio, Lodi, Izco, Lucas Castro, Almirón, Pablo Álvarez, Andújar… 

Ese equipo, que lanzó al aeroplanino como uno de los mejores técnicos de la nueva ola del panorama italiano, se basaba en un mediocampo de calidad con Lodi como regista, acompañado por dos volantes hábiles en las internadas como Izco y Almirón. En ataque, Gómez y Barrientos ocupaban los extremos acompañando a Bergessio, delantero combinativo capaz de hilar juego en la zona de mediapuntas. Este 4-3-3 lo alternaban con el 5-3-2, sistema que implementó con éxito en la Fiorentina. 

El Catania se apoyaba en una fase ofensiva combinativa, con una construcción articulada que se consolidaba con la posesión en zona intermedia. En el último tercio de campo, el equipo etneo buscaba aumentar la velocidad de la jugada a través de rápidos movimientos de balón en busca de la profundidad, acompañados por las internadas de los volantes y buscando centros al área. 

Sin balón, los sicilianos montaban una defensa a la altura del mediocampo, sin poner mucha presión a los defensas rivales pero buscando crear espacio a la espalda de la línea retrasada del contrario. Un tipo de juego que permitía destacar al trío de ataque: el Papu terminó el campeonato con cuatro goles y una asistencia (más 1,7 key passes y 1,9 regates por partido), Barrientos con cuatro goles y tres asistencias y Bergessio con siete goles y dos asistencias. 

A esto se añadía la peligrosidad de los etneos a balón parado, donde Montella se apoyaba en su cuerpo técnico de especialistas: Gianni Vio, Pino Irrera y Daniele Russo. En estas situaciones, los rossoblù buscaban aprovechar la calidad de Nicola Legrottaglie, Giovanni Marchese y Nicolás Spolli, todos defensas hábiles en el juego aéreo. 

La idea base era simple: poner a los especialistas a ejecutar las jugadas. Así, aprovechando la zurda precisa de Lodi, el Catania dividía el área contraria en cuatro zonas, cada una ocupada por al menos un jugador en situación de uno contra uno, sin bloqueos. 

Ese Catania realizó el récord de puntos en Serie A del equipo (48 puntos), superando en dos puntos el récord establecido por el equipo en la temporada anterior. 

Ese año, el director deportivo Lo Monaco había contratado a Simeone para levantar una situación no negativa (Giampaolo sumaba 22 puntos), pero no acorde con las aspiraciones del equipo, más allá de la mera salvación. El antiguo mediocampista de Pisa, Inter, Atlético y Lazio fue quien colocó a Gómez de extremo, posición en la que el ‘Cholo’ ya le había utilizado en San Lorenzo. 

Proveniente entonces de Arsenal de Sarandí, el Papu estaba habituado a jugar de mediapunta, por detrás de un único delantero centro. Pero Simeone ya le había advertido que «en Europa, por tu físico no te van a poner detrás de la punta, te van a poner de extremo”, como recordó Gómez a El País en una entrevista reciente. Y así fue como aquel Catania consiguió sorprender, durante un par de años, al Calcio. 

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