Hay parón de selecciones y eso se nota. Un sector de la prensa nacional se ha hecho eco de la “caída” de Arthur Melo al filial del Liverpool. Al parecer, esta situación enseña la poca confianza que tiene Jurgen Klopp en el nuevo centrocampista del equipo. Nada más lejos de la realidad. En Inglaterra, de hecho, es bastante normal. Muchos futbolistas que no están en forma o que salen de una lesión bajan para ayudar al equipo y sumar algunos minutos, pero en la época del maldito clickbait, que tanto daño ha hecho, hay que hacer este tipo de cosas. A todo esto, además, hay que sumarle que hace unos días se habló de su posible vuelta a la Juventus en enero.
Otro tema es si el brasileño de verdad casa con el estilo de los reds. Es probable que le vaya a costar adaptarse: el ritmo de la Premier League, como bien sabemos, es infernal. Y eso, para un futbolista con más calma que Humphrey Bogart en sus impresionantes apariciones cinematográficas, puede ser complicado. La idea es que Melo, probablemente, salga del banquillo los días en los que sea necesario bajar la temperatura. Cuando, por ejemplo, los de Anfield vayan ganando y tengan que esconder la pelota. Ya se lo hemos visto a Klopp en los últimos años. En los más exitosos.
El fútbol actual te reclama, de muy malas maneras, ser camaleónico. Si no consigues manejar los diferentes contextos que te plantea un rival, seguramente, perderás. El alemán lo comprendió a la perfección. En sus primeros cursos en las islas consiguió mejorar el nivel de la plantilla y propuso un estilo muy contragolpeador. ¿El resultado? Cada vez que robaban y salían a la contra hacían mucho daño. Todo era mucho más complejo, sin embargo, cuando el otro equipo les daba el balón y tenían que construir desde atrás.
Por ello llegó Thiago Alcántara. Se decía que tenía el pecho demasiado frío para batallar en el verde de Anfield, pero por suerte a este deporte se juega con los pies. Ahora estará también Arthur Melo para dar descanso al español. Sí, su nivel físico ahora mismo no es el mejor. Sin embargo, que juegue un partido con el filial solo significa una cosa: que quiere volver a ser, a cualquier precio, ese jugador que tanto prometía.
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