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Modeste aparte

Anthony Modeste parece que ha vuelto a ser joven de la mano de Baumgart. En Colonia, el lugar donde ha tenido las mejores cifras goleadoras de su carrera, el francés está recuperando su olfato goleador contundente y decisivo de años atrás. Aunque el inicio de la temporada fue algo flojo, en los últimos partidos se ha desatado, marcando goles a pares y deleitando a los suyos. Y todo empezó en el derbi frente al Leverkusen. Los de Baumgart se habían ido al descanso con un 0-2 en contra, más balón y menos ocasiones que sus vecinos, pero no había aparecido él. La afición del Köln celebró el empate final en aquel partido como si de una victoria se tratara. Todo gracias al francés y sus dos goles.

La figura de un delantero referencia en Colonia había estado casi huérfana desde la salida de Lukas Podolski. Sí, ha habido otros que ocuparon ese lugar, pero ninguno ha rendido tanto y tan bien como Modeste. Ahora, superada la treintena (es nacido en 1988, como Robert Lewandowski) está sintiendo una segunda juventud en la que el equipo responde y él es una parte muy importante. Eso se echaba de menos por aquellos lares. Anthony ya está de vuelta, porque en su día fue tentado por el dinero chino tras haber clasificado al Köln para la Europa League y ahí el francés se perdió y no tuvo tanta suerte. Sin embargo, al igual que otros como Yannick Carrasco o Axel Witsel, regresaron a la élite desde el fútbol chino para seguir rindiendo a muy buen nivel. No había sido para retirarse, pero una oferta de 29 millones era rechazable en aquel momento.

El exilio a veces reconforta y otras, como en el caso de Modeste, sirve para dar un paso atrás y coger impulso. Si una oferta como esa llega a un equipo como el Köln había que aprovechar el momento. Nadie le culpa. Modeste se fue en el momento idóneo y pudo volver, primero como cedido y luego en propiedad. Anthony se siente en Colonia y en la Bundesliga como pez en el agua. Ya son años. Modeste llegó a Alemania desde el fútbol francés en 2013, a un Hoffenheim entrenado por Markus Gisdol en el que coincidió con jugadores como Koen Casteels, Niklas Süle, Roberto Firmino y Kevin Volland. El tridente formado por el brasileño (creatividad), el alemán (movimiento) y el francés (definición) consiguió 39 goles. Un año más tarde, con un papel más secundario para Modeste, bajaron a 22 (solo contando en Bundesliga). Al año siguiente, Firmino marchó a Liverpool y Modeste a Colonia, pero Kevin Volland aguantó en Sinsheim una temporada más, la de la aparición de Julian Nagelsmann, tras pasar primero Gisdol y luego Huub Stevens. En aquellos años ya Anthony Modeste demostraba que, a pesar de ser un delantero tosco siempre está ahí, y para un equipo de media tabla es garantía tener un jugador como él, que asegura un buen rendimiento, aunque desde su marcha a China, donde marcó 16 goles y dio 9 asistencias en 29 partidos, no volvió a ser el mismo. La luz de aquel delantero que devolvió a Europa al Köln con 25 goles se había apagado y no fue hasta esta temporada cuando ha vuelto a alumbrar.

Modeste ha cogido carrerilla, marcando los goles a pares en los últimos encuentros y eso le viene de lujo a su equipo, que esta temporada pretende estar en una zona tranquila, sin sufrimiento, sin alejarse de la posibilidad que brinda desde esta campaña el fútbol europeo, con una competición más. Ver al FC Köln en la Conference League, ¿por qué no? O en Europa League, incluso. Pero, para eso, queda mucho y los equipos de arriba no perdonan. Si Modeste rinde como antaño, al menos alguna posibilidad van a tener o lucharán por ella. Y sí, el delantero tiene 33 años (igual que Lewandowski), pero estando en forma, haciendo alusión a una canción de un grupo español nacido a finales de los ochenta, ‘¿y qué más da? Son cosas de la edad’. A esos niveles puedes haber perdido velocidad, pero un gran delantero nunca pierde su olfato goleador y, en Colonia, en el tema de los goles, Modeste va aparte.

Imagen de cabecera: FC Köln

Puerto de la Cruz (Tenerife), 1983. Bloguero en fase de evolución. Amante del fútbol global, blanquiazul de corazón y rossonero por aficción a este señor deporte. Conocido en el mundillo como "Humilde Aficionado". El balón, nuestro mejor amigo.

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