Anabel Medina (Torrent, Valencia, 1982) ha devuelto a España al Grupo Mundial I de Fed Cup en su segunda temporada de capitana, ganando en Japón y Bélgica. En la Caja Mágica, analiza en Sphera Sports las dos eliminatorias de esta temporada. También les dedica unas palabras a dos tenistas que en Madrid jugaron su último torneo como profesionales: Arantxa Parra (compañera de Anabel en dobles y ahora en la Federación) y David Ferrer.
En su segundo año como capitana, se ha conseguido el objetivo de ascender al Grupo Mundial de Fed Cup.
En Bélgica tuvimos una eliminatoria realmente complicada, conseguimos sacarlo en el último punto. Contenta y orgullosa por todas las componentes del equipo. No sólo las de Bélgica, sino también las que estuvieron en Japón. Ahora pensando en el año que viene.
Efectivamente, en Bélgica se certificó el ascenso. Pero sin el éxito de Japón, Bélgica no existiría. ¿Qué valor se le da al equipo que viajó a Japón a “sólo” aspirar a, dos meses después, ascender a la élite?
Un valor enorme, grandísimo. Lo que pasó en Bélgica fue una consecuencia del inicio en Japón. Sin lo que sucedió en Japón, Bélgica no habría podido suceder. Estoy muy agradecida a todas las jugadoras que se han mostrado disponibles para venir a la Copa Federación. Japón fue una victoria muy bonita. Descubrimos grandes jugadoras de Fed Cup como Georgina García que ganó los tres puntos. El apoyo de Sara Sorribes que lideró el equipo, el debut tras muchísimo tiempo de Aliona Bolsova (había jugado su primer partido en 2015 jugando dobles con la propia Anabel Medina) y también la madurez y experiencia de María José Martínez, ganando los dobles con Georgina. Lo bueno de esto es que España demuestra que tiene un abanico amplio de jugadoras y que todas pueden estar en el equipo y aspirar, el año que viene, a ganar la Copa Federación.
En el Mutua Madrid Open 2019 se han despedido dos tenistas españoles. Arantxa Parra y David Ferrer. La primera, Arantxa, con 11 títulos de dobles. Usted fue compañera suya en la pista. ¿Qué puede decir de ella?
Ha tenido una carrera muy exitosa. Por su forma de ser, discreta y en un segundo plano, quizás la gente no la conoce tanto, pero ha tenido una carrera espectacular. En su último partido en la pista se vio la persona que es Arantxa, nos juntamos un grupo de personas, más familiar. Arantxa es generosidad, amistad, cercanía, se desvive por su gente cercana y, desde ahora, desearle una nueva vida muy buena y que le vaya lo mejor posible.
La segunda despedida, más mediática y multitudinaria, de David Ferrer tras perder ante Alexander Zverev en segunda ronda. Usted lo vivió a pie de pista.
Fue muy emocionante. Vi a David y no me puedo imaginar lo que él vivió. 12.000 personas junto a él coreando su nombre, con su familia y su mujer con el niño. Fue emotivo y creo que David no se merecía una despedida menor que la que recibió. Fue impresionante y demuestra el tipo de persona que es David. Para que 12.000 personas se queden en la pista, vengan sus amigos, su familia a estar con él significa que tiene un corazón tan grande que nadie se lo podía perder.
Antes del último punto, Alexander Zverev se giró hacia el público y pidió una ovación para David. ¿Qué dice este gesto del tenista alemán?
Un jugador que está enfrente de él, sabe lo gladiador que es, el marcador acompañaba (6-4 5-1) y valora el tipo de persona que ha sido David en el mundo del tenis. Es muy difícil que tanta gente reconozca y agradezca tanto lo que se está agradeciendo a David. Él ha generado y traspasado más allá de la gente que lo conoce de forma cercana. De las 12.000 personas presentes, probablemente 11.900 nunca hayan cruzado una palabra con él. Que muestren ese cariño, significa que David transmite muchas cosas.
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